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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Complejo diagnóstico

No sabemos si estamos ante una recuperación débil o si seguimos inmersos en la Gran Recesión

Diagnosticar la posición cíclica de la economía mundial es ahora, todavía más, un ejercicio muy complejo por varios motivos. El primero, porque se suceden ciclos de muy corta duración que no permiten ver con claridad si estamos ante una recuperación global con momentos de debilidad o si, por el contrario, seguimos inmersos en la Gran Recesión y los periodos de crecimiento del PIB son de alta frecuencia y de poca intensidad. El otro elemento de complejidad radica en que ni siquiera una afirmación genérica como la anterior se puede aplicar al conjunto de países.

Dentro de los denominados países desarrollados, Japón sigue siendo una incógnita, Estados Unidos es la gran “sorpresa” (convergen las previsiones de avance del PIB en 2012 hacia tasas del 2%) y el área euro es, por sí sola, otro reto analítico. Porque en la Unión Monetaria conviven países como Alemania, que pueden seguir beneficiándose de unas condiciones financieras muy favorables, con otros como Holanda, donde la recesión parece temporal; con Francia, que tarde o temprano tendrá que iniciar sus reformas estructurales, o España e Italia, economías en las que los procesos de consolidación fiscal van a provocar una recaída del PIB en forma de W.

Pero tampoco es correcto analizar los países emergentes como un grupo homogéneo, dado que el impacto del encarecimiento de las materias primas en general, y del petróleo en particular, es muy desigual, como también lo es el margen de actuación de sus políticas monetarias y fiscales. Como ejemplo, destacar diferencias significativas dentro de Latinoamérica. En 13 meses, el Banco de Colombia ha subido tipos en nueve ocasiones por un total de 225 puntos básicos (el PIB puede crecer en 2012 al 5,5%, es decir, tasas similares a las de Perú). Por su parte, el Banco de Brasil está inmerso en una rebaja del tipo SELIC que, en cuantía y en plazo de ejecución, es muy similar a la observada en la primera mitad de 2009, ejercicio en el que el PIB cayó un 0,3%, mientras que este año se anticipa un avance del 3,5%, con una inflación que, si bien ha cedido recientemente, se sitúa en la banda alta del rango objetivo de la autoridad monetaria. Dentro de Europa, Rusia es la gran beneficiada de los máximos de los precios del petróleo y podría crecer en 2012 al 4,5%, acelerándose respecto a lo observado en 2010 y 2011 y contribuyendo con más de 250.000 millones de dólares a la expansión del PIB mundial. Turquía es el país que más dudas puede suscitar, al constatarse que su déficit por cuenta corriente ha alcanzado ya una suma equivalente al 10% del PIB, una cota difícilmente sostenible por mucho atractivo que presente a los capitales internacionales. Por último, Asia sigue siendo el gran motor del mundo, pero gracias a sus dos principales economías, donde tampoco existe consenso sobre el ritmo al que desaceleran.

El único punto en el que coincidimos es que los ritmos de avance de años anteriores son insostenibles, en que el crecimiento va a depender más de la demanda interna y en que China e India juntas aportarán al PIB mundial una cifra similar al PIB español. J

David Cano y Daniel Suárez son profesores de Afi, Escuela de Finanzas Aplicadas.

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