Apueste por el próximo Cristiano
Los fondos que invierten en futbolistas, vetados en Inglaterra, se abren paso en España
Estos días, en los campos de fútbol de Valdebebas, donde entrena el Real Madrid, nadie escucha a Cristiano Ronaldo, Ángel Di María o Fabio Coentrão hablar de flujos de caja, partícipes, liquidez o tasas de retorno, pero tal vez debieran hacerlo, pues ese mundo financiero les toca muy de cerca. Los tres juegan de forma directa o indirecta en el campeonato de los fondos de inversión especializados en jugadores de fútbol. Un producto financiero que evidencia que hace ya tiempo que este deporte perdió su candidez y dejó de ser un juego para convertirse en un negocio planetario.
Los fondos de inversión en futbolistas son muy habituales en Argentina, Uruguay y, sobre todo, Brasil, mientras que en Europa ya se están viendo en Portugal y España y, algo más lejos, alcanzan también a Turquía. Son productos que compran derechos económicos de los jugadores y los manejan como un activo más. Y, claro, generan recelos, sobre todo entre ciertos estamentos, como la UEFA, que ha señalado, a través de su secretario general, Gianni Infantino, que “este tipo de propiedad sobre un jugador es una amenaza creciente”. ¿Por qué? La FIFA prohíbe que alguien ajeno al equipo decida sobre el traspaso de los jugadores. O sea, “no ve con buenos ojos fichajes financiados de forma total o parcial por inversores distintos de los clubes donde jugarán los deportistas. Por esta razón, estos fondos están prohibidos en Inglaterra”, afirma Esteve Calzada, consejero delgado de Prime Time Sport y agente FIFA de jugadores.
De hecho, en el país británico no se permite lo que se llama third party ownership (derecho de terceras personas), pues ya en su día la Premier (Liga inglesa) multó al West Ham porque los derechos de los jugadores Mascherano y Tévez (que procedían del brasileño Corinthians) eran propiedad del fondo Media Sports Investments. Ahí empezó una gran desconfianza, que aún persiste. “Hay dos grandes miedos entre los aficionados”, advierte Tom Cannon, profesor de desarrollo estratégico en la Universidad de Liverpool y reconocido experto en fútbol y finanzas: “Primero, que los mejores jugadores se venderán buscando el máximo beneficio en contra de las necesidades del propio club. Después de todo, son especuladores. Quieren dinero, no ganar títulos. Y segundo, e igual de importante, ¿dónde queda la lealtad de los jugadores hacia sus equipos? Se socava el vínculo entre los futbolistas y los aficionados”.
Los derechos económicos de los jugadores son un activo más
En esa línea, por decirlo así, moral se dirigen también las críticas de Manuel García Quilón, representante, entre otros futbolistas, de Callejón, Albiol o Arbeloa. “Para el club, los fondos son una forma de asegurarse unos ingresos, pero a mí no me agradan. Si fuera futbolista, no me gustaría que mi carrera profesional dependiera de la especulación financiera. A mis jugadores no se los aconsejo”.
Por elevación, podríamos decir que cualquier deporte que genere grandes sumas de dinero plantea los interrogantes anteriores. Hace escasos días, el centro de estudios CIES Football Observatory publicaba que los agentes de futbolistas que operan en Europa ganaron el año pasado 400 millones de euros. Por tanto, “los fondos de inversión en jugadores son un producto inevitable dentro de una industria que mueve ingentes intereses económicos y que busca cómo financiarse una vez que los derechos televisivos y los patrocinios no dan más de sí”, reflexiona un alto cargo del Real Madrid.
En esta semidesconocida industria, quizá el producto más popular sea Quality Sports Investment Fund. Lanzado en 2011, posee los derechos de unos 15 jugadores y en él participan 20 inversores, acorde con diversas fuentes, y cuenta con el asesoramiento de Jorge Mendes —representante de Cristiano Ronaldo, José Mourinho, Ángel Di María o Fabio Coentrão, entre otros— y Peter Kenyon, exdirectivo del Manchester United y del Chelsea. Registrado en Jersey —un territorio de tributación laxa—, la inversión mínima inicial se estimaba en un millón de libras (1,2 millones de euros). Y prometía (no admite ya inversores) una rentabilidad del 10% anual.
Los agentes de futbolistas ganaron 400 millones de euros en 2011
Como se ve, estos productos no están abiertos a un público mayoritario, pero los especialistas indican que podrían democratizarse si alcanzan su nivel de crucero. Por ejemplo, en Brasil, el pase del 30% de un jugador con talento de 16 años puede costar 250.000 dólares (cerca de 190.000 euros). Si trasladamos ese traspaso a un fondo, daría la posibilidad de inversiones más bajas.
Y es que el país latinoamericano es uno de los más activos a la hora de desarrollar estos instrumentos. Hasta 2001 existía la figura jurídica del pase, por el que una vez que el jugador finalizaba su contrato de trabajo, todavía seguía ligado al club. A partir de ese año la normativa cambió, y el futbolista solo se haya vinculado durante la vigencia del acuerdo, que es la condición indispensable para que puedan generarse beneficios con sus derechos económicos.
Esta modificación dio luz verde al crecimiento de los fondos de inversión de futbolistas en Brasil, que además se ha apoyado en su pujante economía. “Por tanto, seguiremos viendo contrataciones relevantes en colaboración con clubes e inversores”, analiza el abogado brasileño especializado en derecho deportivo Eduardo Carlezzo. Y añade: “En Brasil, estos fondos continúan teniendo campo de actuación”. Ahí tenemos, por ejemplo, el FIP Soccer BR1 (gestionado por Banco Bradesco), que maneja 49,89 millones de reales (25 millones de euros) en activos con un plazo de inversión de 20 años.
En España, Doyen Capital trabaja con Atlético, Getafe y Sporting de Gijón
¿Y en Europa? En Portugal, tanto el Benfica como el Porto tienen instrumentos propios. Benfica Stars Fund posee (a febrero de este año) los derechos de 20 jugadores. Entre ellos, algunos nombres bien conocidos por el aficionado: Ezequiel Garay, David Simão, Nolito, Javi García. También han pertenecido a la cartera de este instrumento Ángel Di María y Fabio Coentrão. El fondo maneja 40 millones de euros para incorporar deportistas de entre 16 y 26 años que tengan un contrato laboral de al menos tres años.
En el otro lado de la rivalidad, el Sporting Portugal Fund muestra en su cartera 18 jugadores, entre los que destacan Diego Capel o André Santos. Este producto gestiona 15 millones de euros y tiene la misma estructura y característica que el del Benfica. De hecho, ambos instrumentos están manejados por la gestora del Banco Espirito Santo y el mínimo de entrada es de 15.000 euros. Sin embargo, habrá que esperar a alguna ventana de inversión, ya que “son fondos cerrados y no están disponibles para su venta al por menor”, confirma un portavoz de la entidad financiera.
En nuestra Liga, uno de los más activos es Doyen Capital Partners, que mantiene acuerdos con el Atlético de Madrid, Getafe y Sporting de Gijón.
“Hablamos, por tanto, de productos que tienen su emoción (el jugador debe revalorizarse para ser rentable), pero a cambio resulta posible conseguir más rentabilidad que en otros activos”, concluye Félix Plaza, responsable de derecho deportivo del bufete Garrigues.
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