El rechazo del Congreso a una reforma clave sitúa a Duhalde más cerca de la dimisión

El Congreso argentino ha rechazado esta madrugada por 102 votos contra 99 el proyecto del Gobierno para reformar la Ley de Subversión Económica (que castiga numerosos delitos financieros que perjudican al Estado). La decisión supone un fuerte revés para el presidente Duhalde, que ayer amenazó con dimitir si el Congreso no aprobaba la medida, una de las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI) para ofrecer su ayuda económica al país. Los diputados sí han aprobado la propuesta de la opositora Unión Cívica Radical (UCR), que eleva las penas y no satisface las exigencias del FMI.

Para dar alguna salida a la ley, el Partido Justicialista, al que pertenece Duhalde, debió aprobar el proyecto de la minoritaria UCR, cuya propuesta para reformar la ley 20.840, recibió 102 votos a favor, 84 en contra y 14 abstenciones. La reforma propone que las penas de tres años a seis años "se agravarán en un tercio cuando el hecho afectare el normal suministro o abastecimiento de bienes o servicios (...) tales como alimentos, medicamentos, insumos médicos, combustibles o prestación de servicios esenciales".

Al no superar su apoyo la mayoría simple, la proposición de la UCR deberá volver al Senado para su sanción definitiva. La Cámara alta, donde el peronismo tiene mayoría absoluta, ya había derogado dos semanas atrás la ley de Subversión Económica. Ahora deberá revisar las modificaciones introducidas por el Congreso para aprobarlas o, en cambio, derogar la ley definitivamente.

Las presiones de Duhalde

Duhalde amenazó ayer con dimitir en caso de que los legisladores rechazasen la reforma porque, en su opinión, eso cerraría todas las puertas para lograr una ayuda financiera del FMI. Los grupos parlamentarios que se oponen a la reforma, por contra, acusan a sus impulsores de querer asegurar la impunidad para los banqueros y empresarios acusados de distintos tipos de fraudes.

Además, el presidente reclamó a los gobernadores provinciales que cumplan con otra recomendación del FMI y ratifiquen los acuerdos para bajar en un 60% el déficit global de los estados federales.

Horas después, el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, trató de desactivar la polémica que levantaron las presiones de Duhalde y afirmó que "en ningún momento pensó [el presidente] en evadir su responsabilidad de gobernar el país en estas condiciones tan difíciles y tan críticas". Sin embargo, la propia esposa de Duhalde, ratificó sus amenazas. "Por supuesto que pensó en renunciar si no lo acompaña la dirigencia política", y por eso exhortó "a los gobernadores y legisladores a acompañar este proceso y votar las leyes que pide el FMI", afirmó Hilda González, según recoge Clarín.

Antes de llegar al Gobierno, el pasado 1 de enero, Duhalde defendió una mayor independencia de Argentina respecto al FMI. La gira por Europa que la semana pasada hizo por Europa le convenció, sin embargo, de que llegar a un acuerdo con el FMI es una condición prácticamente imprescindible para salir de la crisis, por lo que lo ha convertido en el objetivo central de su Gobierno.