Rubalcaba impulsa un nuevo PSOE centrado en la "oposición útil"
El equipo de Chacón critica la nueva ejecutiva, apoyada por el 80% de delegados
Un PSOE centrado en una "oposición útil para los ciudadanos que significa acordar, discrepar y confrontar". Así define Alfredo Pérez Rubalcaba la estrategia que seguirá el partido que dirige desde ayer para recuperar el terreno perdido en los últimos meses. Rubalcaba afrontará como secretario general el momento más bajo del PSOE en cuotas de poder en las instituciones de toda su historia. Todos los cambios que el PSOE debe hacer, según el plan de Rubalcaba, tienen como único objetivo volver a ser un partido de gobierno y recuperar el aprecio político de los ciudadanos que les han abandonado. "Ya no debemos entretenernos más en las causas de la derrota, sino centrarnos en ofrecer razones para que nos vuelvan a votar", dijo a los congresistas en la clausura.
"Debemos centrarnos en dar razones para que vuelvan a votarnos"
El nuevo líder socialista denuncia el retraso de los Presupuestos
Valenciano y Óscar López lideran el equipo más próximo al secretario general
El puesto asignado a Patxi López abre las especulaciones sobre su futuro
Rubalcaba afrontó su intervención con la tranquilidad de saber que la fractura abierta por una votación muy reñida (ganó con el 51% de los apoyos y por solo 22 votos) se cerró unas horas después en la votación de su nueva ejecutiva, que salió aprobada con un 80% de votos pese a la insignificante presencia en la nueva dirección del bando perdedor.
Rubalcaba empezó a hacer oposición al PP ante las próximas elecciones andaluzas al denunciar que Mariano Rajoy retrasa la presentación de los Presupuestos de 2012 para beneficiar a la candidatura de Javier Arenas. "Serán unos Presupuestos para un mes", interpretó. En primera fila, además de José Luis Rodríguez Zapatero, José Blanco, Manuel Chaves y otros socialistas estaban los máximos representantes de UGT y CC OO, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, además de "un representante de la patronal", al que Rubalcaba pidió perdón por no saber su nombre.
El secretario general estaba satisfecho y había conjurado el peligro a que la división se evidenciara más con la votación de la nueva ejecutiva. Un día después de la tensa votación, cientos de delegados pasaron página y pusieron su voto al servicio del nuevo jefe del partido. El presidente del congreso, José Antonio Griñán, leyó el resultado de la votación de la nueva Comisión Ejecutiva Federal: 723 votos a favor, lo que supone un 80,42% de los votos emitidos; ninguno en contra, 168 en blanco y 8 nulos. En unas horas, Rubalcaba había conseguido el apoyo de un 30% más de delegados que los obtenidos en su votación como secretario general. Y, además, ese refrendo se produjo sobre una lista en la que el secretario general se rodea de su equipo más estrecho, sin concesiones a la candidata perdedora, a pesar de que la había apoyado el 49% del partido. La nueva ejecutiva empezará hoy mismo a trabajar con una ardua tarea tras las sucesivas debacles electorales y, además, con la cuestión añadida de los problemas internos y luchas fratricidas que recorren las federaciones socialistas más importantes. Todas ellas celebran sus congresos en un plazo de cuatro a seis semanas. El primer objetivo que se marcó Rubalcaba ayer es tener una ejecutiva "fuerte" y eso lo ha conseguido con el respaldo del 80%. Esta era la prueba para medir y pesar la fortaleza con la que Rubalcaba empezaba su andadura. Y la ha pasado con creces para sorpresa y, en algunos casos disgusto, de algunas de las personas que han trabajado en el equipo de Chacón.
La explicación que se da desde el lado de Rubalcaba para aclarar ese corrimiento es de orden práctico. "En los congresos federales el bloque perdedor no suele mantenerse, dura poco, y los ganadores enseguida ganan adeptos". Los 168 votos en blanco sí obedecen claramente a un sector más organizado afín a Chacón.
"Quien gana lo gana todo, y quien pierde lo pierde todo", asumía con pesadumbre un dirigente que apoyó a Chacón. En los corrillos de seguidores de la exministra se criticaba a Rubalcaba por no haber hecho el más mínimo esfuerzo de integración. "Es puro equipo de Rubalcaba, muchos de los cuales estaban con Zapatero, excluidos los que han apoyado a Chacón".
Esta descripción de alguien que repite en la dirección del partido obedece exactamente a la realidad, por lo que se puede hablar de cierto continuismo, aunque con incorporaciones del equipo que Rubalcaba formó para su candidatura a las elecciones del 20 de noviembre. Los 16 responsables de área, es decir, que tienen su puesto de trabajo diario en la calle de Ferraz, son de Rubalcaba, en tanto que apenas media docena de los 20 vocales, sin cartera ni responsabilidad específica, se alinearon con Chacón. Pero su entorno más cercano es realista y sabe que los vocales que están en la ejecutiva no lo son por reconocimiento hacia el resultado de la exministra, sino que son la traducción de las negociaciones de la noche y la madrugada del sábado al domingo entre Rubalcaba y los secretarios regionales. En el caso de las federaciones muy divididas, el líder del PSOE habló con su secretario general y con los representantes de bloques relevantes. Rubalcaba tiene muy en cuenta la inminencia de los congresos regionales y la necesidad de que se relacione con los que pueden desbancar a los actuales.
Con este método de negociación para los vocales y los miembros del comité federal -nada que negociar sobre su equipo, los componentes de la comisión permanente- se seguía la liturgia tradicional de los congresos del PSOE, en la cual el secretario general despacha con los barones territoriales. No era eso lo que, al parecer, hubiera querido la candidata. En su entrevista con Rubalcaba, tras la votación del sábado, ella le dejó claro que no quería estar ni en la ejecutiva ni en el comité federal. Sí le pidió que tuviera en cuenta el resultado del congreso para confeccionar la ejecutiva. La exministra salió del encuentro, "cordial y distendido", según ambas partes, convencida de que Rubalcaba no iba a seguir su sugerencia ya que le adelantó que no se trataba de negociar bloques, ni iba a tener en cuenta ese 51% frente al 49%. "No hay bloques sino secretarios generales", explican en el entorno de Rubalcaba y que así lo trasladó a su adversaria. Estos interlocutores aclaran que en ningún caso Rubalcaba podía cometer el error de constituir en el seno de su ejecutiva un bloque compacto liderado por Chacón. "Desde el primer momento tenía que quedar claro que no admitía la disidencia organizada, sabiendo además que el proceso de sumas a su favor, también en su caso, obedecía a coaliciones negativas de carácter territorial".
Pese a estas críticas, Rubalcaba dio ayer por cumplido su primer objetivo. "Os dije en el discurso de presentación de mi candidatura que teníamos que conseguir la unidad y el cambio. La primera ya se ha cumplido con esa votación del 80% cuando el día anterior me votó el 51%", dijo al comienzo de su breve discurso de clausura. "No he hecho una ejecutiva por territorios, ni por edades, sino que es un equipo solvente y coherente", explicó en la clausura después de que el nuevo equipo fuera nombrado uno a uno, de menor a mayor relevancia por el cargo y recibiera los siempre significativos aplausos de los delegados. Los vascos Patxi López, nombrado secretario de Relaciones Políticas, y Eduardo Madina, vocal de la ejecutiva, concitaron las mayores ovaciones. El puesto del lehendakari se ha hecho a su medida para compatibilizarlo con su tarea de gobernante. El interés de Rubalcaba de tener a López en el núcleo de decisión abona todas las teorías sobre el salto del político vasco a la política española, en el tiempo que las circunstancias políticas lo hagan posible.
Pero si López está reservado para un futuro indeterminado, Elena Valenciano es en el presente la dirigente de más relevancia del equipo de Rubalcaba. Como vicesecretaria general, esta madrileña es la mano derecha del líder del PSOE en todas las áreas y para todas las decisiones. Ya lo ha sido desde hace meses como coordinadora de su campaña electoral. Muy de cerca le sigue Óscar López, secretario de Organización, en la cartera que ocupó su mentor, José Blanco, que siempre apostó por López. El emocionado abrazo entre el joven político y Blanco explican su relación casi familiar. La responsabilidad y dedicación que requiere la secretaría de organización podría hacer que Óscar López anuncie su retirada de la secretaría general del PSOE de Castilla y León. Trinidad Jiménez, Antonio Hernando y Gaspar Zarrías pertenecen al círculo más estrecho de Rubalcaba, y tiene la máxima confianza con Juan Moscoso, Rafael Simancas, María González Veracruz, Carmela Silva, Jesús Caldera y Marisol Pérez Domínguez, personas con las que Rubalcaba quería contar después de haber trabajado con ellos en la etapa de candidato. El asturiano Hugo Morán ya estaba en la anterior ejecutiva, y son nuevas Mar Villafranca y Purificación Causapié. Pero todos de Rubalcaba, todos. Y también quiere que parezca que existe la máxima sintonía con José Antonio Griñán, al que ha hecho presidente del PSOE.
En la federación andaluza se ha vivido la madre de todas las batallas de este congreso y le ha cogido al presidente de la Junta de Andalucía del lado de quien ha perdido el congreso. Y todo a siete semanas de las elecciones autonómicas en las que el PP piensa asestar a los socialistas el tiro de gracia. Por eso Rubalcaba y todo su equipo se han conjurado para hacer todos los gestos de protección imaginables en torno a Griñán para amortiguar los zarpazos del PP que le endosan la derrota interna antes de que llegue la electoral. El gesto ha llegado hasta ofrecerle la presidencia del PSOE.
De elecciones, en Andalucía y Asturias serán el 25 de marzo, de proyecto político, de propuestas, es de lo que quiere hablar Rubalcaba y no de cuestiones internas, aunque de momento no tendrá más remedio por la inminencia de los congresos.
Como hizo Zapatero
- La ejecutiva de Rubalcaba se mira en el espejo de la que formó Zapatero tras ganar, por solo nueve votos, el XXXV congreso. Zapatero se rodeó de sus fieles y no integró a los dirigentes que apoyaron a José Bono en las áreas de la ejecutiva. En ese primer equipo de Zapatero, que ganó a Bono por menos votos que Rubalcaba a Chacón, el presidente también fue el entonces jefe del Ejecutivo andaluz, Manuel Chaves, que no había votado al candidato vencedor. Rubalcaba ha hecho lo mismo con José Antonio Griñán, que simpatizó con Carmen Chacón. Rubalcaba también ha llevado a la ejecutiva a los que le han apoyado ahora.
Nueva ejecutiva
Presidente: José Antonio Griñán. Sustituye a Manuel Chaves.
Secretario general: Alfredo Pérez Rubalcaba. Sustituye a José Luis Rodríguez Zapatero.
Vicesecretaria general: Elena Valenciano sustituye a José Blanco.
Secretaría de Organización: Óscar López sustituye a Marcelino Iglesias.
Secretaria de Igualdad: Purificación Causapié (nueva en el puesto).
Secretaría de Relaciones Políticas: Patxi López (nuevo en el puesto).
Secretaría de Economía y Empleo: Inmaculada Rodríguez-Piñero (cambia de cartera, sigue en la ejecutiva).
Secretaría de Relaciones Institucionales, Políticas y Autonómicas: Antonio Hernando (mantiene cargo).
Secretaría de Participación, Redes e Innovación: María González (mantiene el mismo cargo).
Secretaría de Ciudad: Gaspar Zarrías (mantiene el cargo).
Secretaría de Programa: Jesús Caldera (mantiene el cargo).
Secretaría de Política Social: Trinidad Jiménez (entra en la ejecutiva).
Secretaría de Educación y Cultura: María del Mar Villafranca Jiménez (nueva en la ejecutiva).
Secretaría de Ordenación del Territorio y Sostenibilidad: Hugo Morán (mantiene el cargo).
Secretaría de Formación: Rafael Simancas (nuevo en la ejecutiva).
Secretaría de la UE: Juan Moscoso (nuevo en la ejecutiva).
Secretaría de Cooperación y Emigración: Marisol Pérez (cambia de área, mantiene el cargo).
Secretaría de Inmigración: Carmela Silva (nueva en la ejecutiva).
Vocales: Eduardo Madina, Jaime Lissavetzky, Emiliano G. Page, Sergio Gutiérrez, Carlos Pérez, Carolina Darías, José Zaragoza, Francina Armengol, María Teresa Noguera, José Miguel Rodríguez, Esperanza Estévez, Alejandro Soler, María Gámez, Javier Fernández, María José Fernández, Carmen Montón, Maite Fernández, Maru Menéndez, Patxi Vázquez y Lola Gorostiaga.
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