La rentabilidad de ser famoso
Hoy ser famoso es el equivalente a ser una marca de moda. Hace ya años que dejó de importar el talento: lo que vende, más allá de lo que sepa o no sepa hacer un famoso, es su nombre. Y que ese nombre pueda repetirse en las revistas, asociado a un club de moda, a una fiesta privada, a otro famoso en ciernes, a una firma de ropa, a un perfume...