Teherán tacha las sanciones de injustas y de "guerra psicológica"
El rial se ha depreciado un 7% mientras la población compra dólares y oro
Irán calificó ayer de "guerra psicológica" la decisión europea de prohibir la compra de petróleo iraní y sancionar a su Banco Central. Desde el Ministerio de Exteriores iraní se aseguró que la medida va a empeorar la crisis por el programa nuclear con la comunidad internacional. Los responsables iraníes siempre han insistido en que no van a renunciar a ese objetivo sean cuales sean las presiones. De momento, en la calle, el impacto psicológico se tradujo en una nueva depreciación de la moneda local.
"Las sanciones de la Unión Europea sobre el petróleo iraní son una guerra psicológica. (...) Imponer sanciones económicas es ilógico e injusto, pero no va a lograr que nuestro país renuncie a sus derechos", declaró en referencia a las ambiciones nucleares de Irán el portavoz de Exteriores, Ramín Mehmamparast, según la televisión estatal.
"La medida europea no tendrá efecto en la economía", dice un responsable iraní
El viceministro de Exteriores Abbas Araqchi insistió sobre la misma idea. En declaraciones a la agencia Irna, Araqchi aseguró que cuantas más sanciones se le impongan a Teherán por enriquecer uranio "más obstáculos habrá para resolver el asunto".
A pesar de ser el quinto productor de petróleo del mundo, el régimen iraní asegura que necesita energía nuclear para producir electricidad y niega las acusaciones de que intenta dotarse de armas atómicas. El común de los iraníes percibe los esfuerzos extranjeros por frenar su programa como una forma de discriminación. La propaganda oficial ha logrado, sobre todo desde la llegada a la presidencia de Mahmud Ahmadineyad en 2005, equiparar el esfuerzo nuclear con el desarrollo científico y el avance global del país.
La UE por su parte espera que sus sanciones, sumadas a las últimas de EE UU y las cuatro rondas anteriores de la ONU, contribuyan a ahogar la financiación de ese controvertido proyecto y obliguen a Teherán a negociar. Cuentan para ello con que los 600.000 barriles de petróleo que hasta ahora le compraban diariamente suponen una cuarta parte del total de sus exportaciones. Y el crudo es la fuente del 80% de sus ingresos de divisas.
"Es difícil de estimar el efecto que van a tener las medidas europeas porque aún no se han puesto en práctica y desconocemos si contemplan excepciones o cuál va a ser su alcance real", explica sin embargo Siamak Namazi, un analista iraní del sector de la energía basado en Dubái.
"La imposición de sanciones a Irán no tendrá ningún efecto en la economía de Irán", declaró ayer Ali Adyaní, miembro de la comisión de energía del Parlamento, según la agencia Fars. Mientras que Ali Fallahian, exresponsable de los servicios secretos y miembro de la Asamblea de Expertos, sugería que Teherán interrumpa de inmediato sus ventas a Europa sin darle tiempo a buscar proveedores alternativos.
En una muestra del nerviosismo que ha causado la decisión europea, varios diputados volvieron a agitar la posibilidad de cerrar Ormuz, el estrecho por el que sale casi un tercio del petróleo que se comercializa en el mundo. Ese chantaje intensificó la guerra verbal entre Irán y Occidente cuando fue sugerido por el vicepresidente Mohamed Reza Rahimí a finales del año pasado. Desde entonces, tanto el jefe del Ejército, el general Ataollah Salehí, como el ministro de Exteriores, Ali Akbar Salehí, han negado que su país tenga esa intención.
Los iraníes se han adelantado a las previsibles consecuencias de este rifirrafe político y llevan varias semanas convirtiendo sus ahorros en divisas y oro. No parece casualidad que coincidiendo con el embargo europeo el rial cayera ayer otro 7% respecto al dólar, que llegó a cambiarse a 20.500 riales, casi un 80% por encima de la tasa de referencia del Banco Central fijada en 11.300 riales, según datos facilitados por Reuters.
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