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Reportaje:

Rodrigo Cortés agita Sundance

'Red lights', el nuevo filme del cineasta, es uno de los platos fuertes de la cita

Gregorio Belinchón

"Las expectativas las carga el diablo". Rodrigo Cortés (Ourense, 1973) suena con su curioso cóctel de calma, sabiduría y nerviosismo interior. Mañana comienza el certamen de Sundance, apadrinado por Robert Redford y que se celebra en Park City (Utah). Era el gran festival de cine indie, es ahora un extraño escaparate que mezcla creadores emergentes, ejecutivos de Hollywood a la caza del nuevo Tarantino y periodistas. Hasta allí está viajando hoy Cortés, cuya Red lights se proyectaba en seis sesiones del viernes 20 al sábado 28. Se proyectaba, porque ayer la organización pidió al productor Adrián Guerra programar un pase más: los otros seis habían agotado sus entradas. "¿Que si siento la presión? No... Puede que yo me mueva entre la ignorancia y la inocencia, o que en mí gane la sensación fatalista de que la película está hecha", responde Cortés.

"Es un certamen en el hielo, acaba con el 'glamour", afirma el director

Hace dos ediciones de Sundance, Buried (enterrado), el anterior trabajo de Cortés, se convirtió en la película fenómeno del certamen. Red lights, que se proyecta en la sección Premiere, lleva el mismo camino. "Hay cosas que siempre se escapan a tu control, pero me siento cómodo en un festival como Sundance, donde las estrellas se afanan más en conservar la vida que en lucir el palmito: el hielo acaba con el glamour. Queda el cine. El público respeta las películas".

Red lights describe el choque entre un equipo de investigadores de fraudes paranormales -que comanda Sigourney Weaver y en el que están Cillian Murphy y Elizabeth Olsen- y un famosísimo experto en el tema, un profesor ciego que ha permanecido 30 años en paradero desconocido (Robert De Niro). "En Sundance estarán conmigo Weaver, Olsen y Murphy. Desde el principio tuve en mi cabeza a Weaver, escribí el guion pensando en ella. Es un doctor House femenino". Como es habitual en los trabajos de Cortés, de fondo está la reflexión sobre la caverna de Platón, sobre lo creemos ver y realmente ocurre. "Tiene relación con mis inquietudes, con que me gusta ver qué hay debajo de las alfombras". Entonces, ¿es Cortés un guía para sus espectadores? "No en el sentido mesiánico, pero sí en el manejo de la información y de las emociones".

En Sundance empiezan los tests con audiencia de Red lights. El cineasta siempre busca llegar al gran público, pero al gran público inteligente. "Ojalá. En el mejor de los casos, cada película va encontrando sus espectadores. Hoy día se hacen películas pensando que el mundo es tonto. No lo es, pero así se estupidece. Nunca hay que dejar que los departamentos de marketing decidan qué películas se ruedan". Nunca fue así en su carrera y Sundance lo sabe.

Cillian Murphy (a la izquierda) recibe instrucciones de Rodrigo Cortés en el rodaje de <i>Red lights.</i>
Cillian Murphy (a la izquierda) recibe instrucciones de Rodrigo Cortés en el rodaje de Red lights.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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