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López apela al "orgullo" por el fin de ETA, "el mayor cambio en 30 años"

El 'lehendakari' avisa a sus altos cargos de más recortes para priorizar el empleo

El lehendakari, Patxi López, hizo ayer una apelación al "orgullo" a los altos cargos de su Gobierno, por su condición de protagonistas -"en colaboración con miles de ciudadanos", puso cuidado en precisar- del fin del terrorismo. "El mayor cambio de Euskadi en los últimos 30 años" -nunca hubo otro tan grande en tan poco tiempo, subrayó- y un cambio que se mostró convencido de que será "para siempre". López afirmó que, además, modificará de forma radical la sociología vasca, los comportamientos colectivos y que lo hará de forma duradera.

"La historia recordará que con este Gobierno se abrió, por fin, el tiempo de la libertad en Euskadi", vaticinó, y aunque solo fuera por eso, "por saborear esta nueva libertad, ya ha merecido la pena", formar parte de él.

López adelanta que no va a "sacralizar" una cifra de déficit que impida actuar
Desde mañana, solo el 'lehendakari' y sus consejeros llevarán escoltas

Terminar con la amenaza terrorista supone además el cumplimiento del objetivo "más preciado" del cambio político de 2009. El lehendakari aprovechó el contexto para oficializar la retirada de los escoltas a los viceconsejeros de un Gobierno que nació -"recordadlo", enfatizó- "con una amenaza directa de ETA". A partir de mañana, solo López y los consejeros conservarán protección, pero el lehendakari reclamó que los responsables hasta hoy de esa situación "asuman la responsabilidad de su pasado" como garantía de un nuevo pacto social. La disposición a mirar al futuro fue acompañada de otra afirmación: "Jamás permitiremos que se olvide que hubo gente que asesinó y gente que fue asesinada".

El lehendakari puso en valor también haber "dejado atrás" las trincheras, el enfrentamiento y la división, en referencia implícita a la deriva de los gobiernos del PNV durante la década anterior a la llegada del PSE. "Lo hemos dejado atrás nosotros, con la política que necesitaba este país, que estaba harto de broncas y fracturas. Eso está en nuestro haber", reivindicó, aunque la memoria sea "frágil", dijo y la sociedad se haya olvidado ya "de la crispación y el conflicto permanente en que vivíamos hace bien poco tiempo".

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Otra buena parte de su larga alocución la destinó López a resaltar las difíciles condiciones económicas en que ha gobernado desde su llegada. Pese a las dificultades, "Euskadi lo está haciendo bien", afirmó, para resaltar que por primera vez en época de crisis el paro en Euskadi es menor que en el resto de España. No fue así en ocasiones anteriores cuando registró picos de hasta el 30%, muy por encima de la media.

La parte más dura en encajar para los asistentes, consejeros, viceconsejeros, directores y asesores del Gobierno, fue el anuncio de que habrá aún más ajustes. Sobre los recortes a los departamentos versaron luego la media docena de intervenciones, más bien lamentos, que se produjeron, ya a puerta cerrada. "Sé que es difícil renunciar a proyecto y conozco el regusto amargo" que deja el hacerlo, pero "es más importante saber qué es lo prioritario". Habrá que hacer "un esfuerzo más" y apretar aún más "el cinturón del gasto".

López quiere hacer de 2012 "el año del esfuerzo por el empleo" -en ese terreno se juega el futuro, advirtió- y el dinero para crearlo, "lo vamos a tener que sacar de nuestros propios presupuestos". De ahí tiene que salir la financiación para esa "medidas especiales" de las que ya habló en su discurso de Nochevieja para ayudar la contratación de parados de larga duración y desempleados jóvenes. Porque López quiere empleo, lo ha dicho antes, con o sin crecimiento económico. En todo caso, y aunque el Gobierno siga limitando el gasto "no vamos a sacralizar una cifra de déficti" que impida actuar y conduzca a la recesión.

El último llamamiento del discurso no era para los presentes: fue una apelación sin destinatario expreso, pero que todos entendieron dirigida a las otras administraciones, Ddiputaciones en particular, "a la cordura, la coordinación y la eliminación de duplicidades". La situación de crisis no permite derroches, añadió. "Sentido común", reclamó, para un momento en que, según indicó considera llegada ya "la hora también de hablar de nuestro modelo institucional".

Patxi López, durante su intervención de ayer ante los altos cargos de la Administración socialista.
Patxi López, durante su intervención de ayer ante los altos cargos de la Administración socialista.L. RICO

Profecías fallidas desde 2009

"Vamos a agotar la legislatura porque nos quedan muchas [cosas] más por hacer". Era previsible que López revalidaría ayer esa afirmación. Lo hizo y la asentó con la enumeración de las "profecías fallidas" que el PNV, al que no mencionó, ha hecho desde que fue relevado al frente del Gobierno.

El

lehendakari

repasó desde el cuestionamiento inicial de la legitimidad de su Ejecutivo, por desplazar al partido ganador de las elecciones, hasta la puesta en duda de la capacidad para gobernar. "Nos dijeron con arrogancia que no comíamos el turrón en Ajuria Enea", y luego "nos dieron un año de vida". Ahora, ya en 2012, "vuelven a la carga", dijo, en referencia a las predicciones de que el Gobierno no terminará la legislatura y adelantará las elecciones al otoño. "Cuatro años de profecías fallidas sobre nuestro inminente final en lugar de hacer propuestas para salir de la crisis y colaborar para unir el país y dar solución a los problemas", resumió. López apeló a la demostrada "resistencia" de los socialistas a la hora de afrontar y sobreponerse a las dificultades. "No vamos a dimitir de nuestra responsabilidad, vamos a seguir trabajando por Euskadi hasta agotar la legislatura", repitió.

El

lehendakari

instó a los presentes a "poner en valor" la gestión del Ejecutivo y expresó el mismo su voluntad de "dar la importancia que se merece a este Gobierno", el primero socialista que ha tenido Euskadi, subrayó.

Reforma fiscal y "celos forales"

La fiscalidad fue reclamada ayer por el

lehendakari

como la herramienta más fuerte del autogobierno para hacer frente a la crisis y puso toda la firmeza en asegurar que se va a retomar el debate fiscal. En la actuación del Gobierno central del PP tiene una palanca para hacer fuerza, aunque dijo que su planteamiento no es "una simple subida de impuestos".

López emplazó al PNV y al PP, que sacaron "el fantasma del éxodo fiscal" para negarse a cualquier cambio, a decir si creen que Rajoy lo provocará ahora desde territorio común a Euskadi. Tachó de "simplismo absurdo de la derecha" la posición coincidente de sus socios y los peneuvistas, y les advirtió de que, si no otra cosa, al menos el debate lo tendrán que afrontar. "No vamos a permitir que dos partidos, en aras de mantener ciertas prebendas forales, nieguen a este país un debate necesario para su bienestar futuro". La foralidad no puede ser sinónimo de cantonalismo, añadió. La posición del Gobierno la dejó clara: "En Euskadi hace falta una reforma fiscal para poder mantener los servicios públicos" y ha de ser "seria y profunda", lo mismo que el compromiso de lucha conjunta contra el fraude fiscal. "¿A quién defiende quien se opone a esto?" "Qué intereses motivan a quien rechaza un plan conjunto?" para perseguir los 2.500 millones que se escapan cada año? Ni celos forales ni riñas competenciales lo justifican, zanjó.

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