Negueira, sin escuela por sorpresa
Los cuatro últimos alumnos, residentes en la antigua comuna 'hippie', han sido apartados temporalmente de sus padres y estudiarán en un colegio asturiano
La vida escolar en Negueira de Muñiz, el municipio lucense de 210 vecinos que ostenta el dudoso honor de ser el menos poblado de Galicia, tendrá un desenlace abrupto y doloroso. Los dos maestros de educación infantil y primaria, el de apoyo y la cocinera, se enteraron a la vuelta de las vacaciones de Navidad, hace menos de una semana, que ya no tenían alumnos a los que atender. Y no porque en Negueira de Muñiz no haya niños en edad escolar. Son pocos, solo cuatro hermanos, pero la Consellería de Cultura e Educación de Jesús Vázquez no encontró inconveniente en mantener abierta la escuela al inicio del actual curso académico. El cierre del colegio lo provoca un contratiempo inesperado: los padres de cuatro niños de la comuna hippie instalada en la aldea de O Foxo a finales de los setenta han perdido temporalmente la custodia de los menores, que continúan viviendo en Negueira pero estudian en San Antolín de Ibias, el municipio asturiano de al lado, por decisión de sus familias de acogida. La Consellería de Cultura y Educación ya ha anunciado que buscará un nuevo destino para el personal del centro, dado que el colegio no tiene ninguna actividad lectiva.
Los niños asisten ahora a un centro de San Antolín de Ibias, en Asturias
"Lo que quiero es que no se cierre, que se mantenga para cuando vuelvan"·
En Negueira nadie se imaginaba que la temida despoblación no iba a ser la encargada de dar la estocada final a la escuela. "Se han tomado decisiones que no son las adecuadas", se queja el alcalde, el socialista José Manuel Braña, que estudia reclamar ante Benestar una revisión del expediente abierto a los padres de los cuatro niños y espera que, en todo caso, "se vaya cumpliendo el plan de trabajo y el acogimiento temporal no sea muy largo". El regidor se niega a entrar en detalles sobre lo ocurrido con los pequeños, pero tampoco esconde su malestar. "Son niños que no tienen ningún problema escolar. Este es el colegio en el que estudiaron toda la vida y los técnicos de educación nos dijeron a principios de curso que los cuatro hermanos podían estar juntos sin problema", explica el alcalde.
"Lo que yo me pregunto es quién se va a hacer cargo de la escolarización de estos niños cuando vuelvan con su familia", insiste el regidor. "No quiero entrar a valorar si el expediente está bien abierto o no, lo que sí que entro a valorar es que lo mejor sería dejar a los niños en su entorno más próximo, aunque sé que las familias están en su derecho de llevárselos a los colegios que estimen oportuno", reitera. Al alcalde, que asegura que la postura del Ayuntamiento será siempre la de "tutelar el bien de los pequeños", tampoco le parece bien que el expediente, abierto el pasado septiembre, se haya resuelto en plenas Navidades. "Tengo la total seguridad de que esos padres no representan ningún peligro para sus hijos", afirma Braña.
Son seis los hermanos apartados temporalmente de sus padres. Ahora viven repartidos entre tres familias de la zona, cuya elección también critica el alcalde porque no son, apunta, "las más adecuadas". Solo los cuatro hermanos más pequeños estudiaban en el CEIP de Negueira de Muñiz. Los mayores acudían con anterioridad a centros de A Fonsagrada y Ribadeo. Por primera vez en este curso académico, el centro escolar del aislado municipio se encontró con una situación nunca antes vista: tenía cuatro alumnos -uno menos que en el año anterior- que además eran hermanos. Conseguido el visto bueno de Educación, los cuatro estudiantes del CEIP de Negueira de Muñiz pasaron a disfrutar de unas condiciones inimaginables para casi cualquier niño de otra parte de Galicia, al menos en la proporción de maestros por alumno.
Mientras el departamento de Jesús Vázquez busca un nuevo destino para los docentes, la escuela sigue abierta, aunque no lo estará mucho tiempo más. Braña teme que esta situación excepcional e imprevista sea el golpe mortal para el colegio público, abierto durante décadas -el mismo alcalde estudió en él a principios de los años ochenta- y superviviente de la rocambolesca historia del municipio, dividido en desde 1956 por un embalse en el río Navia, una obra que provocó un éxodo irreversible de vecinos hacia municipios de A Terra Chá y dejó aisladas varias aldeas, las mismas que dos décadas después, a finales de los años setenta, serían repobladas por jóvenes llegados de fuera, que convirtieron la parte abandonada de Negueira en un comuna hippie. "Lo único que quiero es que el colegio no se cierre definitivamente, que se mantenga para cuando los niños vuelvan a su hogar", pide el alcalde.
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