El conflicto de Siria
Un atentado en el centro de Damasco causó ayer la muerte de decenas de personas, 26 según el Gobierno, aunque resultaba difícil llegar a una cifra concreta por la fragmentación de los cadáveres, e hirió a 46. La explosión, que el Gobierno atribuyó a un terrorista suicida de Al Qaeda, se produjo en la plaza de Midan.
Los hombres de Bachar el Asad persiguen a tres tipos de opositores: los manifestantes, los animadores de las protestas y los organizadores. Estos últimos se llevan la peor parte. Y no solo en Siria. El mujabarat (servicio de inteligencia sirio) actúa lejos de sus fronteras.
Los últimos atentados contra chiíes en Irak, el pasado jueves y el 22 de diciembre, han vuelto a poner sobre el tapete la realidad de una insurgencia suní que nunca desapareció del todo. Con ella resucita el temor a que la violencia sectaria lleve al país a una guerra civil ahora que las tropas de EE UU ya no están allí para evitarlo.
La fiscalía turca puso ayer entre rejas a uno de los últimos representantes de las antaño todopoderosas Fuerzas Armadas de Turquía. El general Ilker Basbug, exjefe del Estado Mayor, fue detenido acusado de formar parte de un complot militar que buscaba derrocar el Gobierno del Recep Tayyip Erdogan.
FRANCISCOG. BASTERRA
Se busca candidato a la Casa Blanca nuevo y fresco capaz de acabar con la creciente arterioesclerosis que gripa las instituciones de EE UU; con la rigidez ideológica que bordea el fanatismo; con la tendencia a vivir por encima de las posibilidades, endeudándose sin reducir el devastador déficit presupuestario.