Chile cambia "dictadura" por "régimen militar"
La modificación del término en los libros de texto desata la polémica
La decisión del Gobierno de Sebastián Piñera de cambiar en los textos para los escolares de enseñanza básica la denominación del periodo de Augusto Pinochet de "dictadura" a "régimen militar" desató una intensa polémica con la oposición, que denuncia un intento de maquillar la realidad, e incluso dentro de las propias filas de la coalición gobernante de derecha, donde algunos discrepan de la modificación.
El episodio sería casi meramente anecdótico si no fuera porque no es el único que ha ocurrido en los casi dos años que ha gobernado Piñera, que pudo llegar a La Moneda en marzo de 2010, después de 20 años y cuatro administraciones de centro-izquierda, justamente por haber sido un opositor de la dictadura.
La oposición y algunos miembros del Gobierno critican la medida
El cambio de "régimen militar" por "dictadura" fue propuesto por el exministro de Educación Felipe Bulnes y aprobado el 9 de diciembre por el Consejo Nacional de Educación, en el que participan distintos sectores. El nuevo concepto, más general pero a la vez menos preciso y descriptivo de lo que significó para los chilenos el Gobierno de Pinochet (1973-1990), se aplicará en los textos escolares de Lenguaje, Historia, Geografía y Ciencias Sociales de los escolares de primero a sexto grado.
El nuevo ministro de Educación, Harald Beyer, un académico conservador y riguroso que llegó al cargo en vísperas de fin de año en reemplazo de Bulnes, debió estrenarse con la defensa del cambio de concepto, ácidamente criticado a través de las redes sociales. "Yo reconozco que fue un Gobierno dictatorial, así que no tengo problemas", afirmó Beyer, pero se usa el término más general, "que es régimen militar". La coordinadora de currículum del Ministerio de Educación, Loreto Fontaine, explicó en declaraciones al portal electrónico El Mostrador que el concepto de régimen militar admite que "puede haber diferentes puntos de vista y experiencias" al describir el periodo.
La Administración de Piñera ha estado plagada de pequeños incidentes de este tipo, en que el espíritu más ultramontano de la derecha se ha desbordado sobre las costumbres del vaso republicano. Al propio Piñera estas manifestaciones o deslices, según se quiera ver, no le han agradado. En noviembre, una funcionaria de La Moneda envió en nombre del presidente sus "felicitaciones y los mejores deseos de éxito" al acto en homenaje al extorturador Miguel Krasnoff, condenado a 144 años de cárcel en 23 condenas por violaciones a los derechos humanos, y Piñera la destituyó de su cargo. La campaña para prevenir el sida no se refiere a la principal medida de contención, el condón. La directora de un organismo que concede becas a escolares instaló una efigie de una virgen en el acceso a las oficinas, aunque el Estado chileno no se define como confesional.
En la oposición, el presidente del Partido Socialista, Osvaldo Andrade, replicó el concepto de régimen militar con un ejemplo de zoología: "Tiene orejas de gato, cuerpo de gato, maúlla como gato y algunos quieren que se llame perro. Eso es dictadura, le pongan el nombre que le pongan".
Para la directora del Instituto de Derechos Humanos, Lorena Fríes, hay sectores en el Gobierno a los que les incomoda el concepto de dictadura, "pero es la verdad y se usa en todas partes del mundo donde hubo Gobiernos totalitarios que violaron de manera grave y sistemática los derechos humanos". La presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Lorena Pizarro, consideró la modificación como una ofensa y falta de respeto grave que "altera la verdad de la historia". La polémica incluso llegó a la derecha, donde los sectores más liberales -y cercanos al propio Piñera- reconocen que Pinochet fue dictador.
Para los diputados más cercanos a Pinochet, el cambio es positivo porque, a su juicio, en los últimos años se ha contado la historia desde una sola óptica, informa Efe. "Que se hable de dictadura es una forma de estigmatizar a un Gobierno que entregó democráticamente el poder", declaró el congresista Iván Moreira, de la ultraconservadora Unión Demócrata Independiente.
Si bien las editoriales de los textos escolares tienen libertad para su elaboración si respetan los contenidos curriculares, es difícil que desoigan la decisión del ministerio. El Consejo de Educación podría revertir o revisar la medida después de la polémica que esta ha desencadenado. Uno de sus miembros, Alejandro Goic, reconoció que la modificación del concepto les pasó inadvertida y que el Ministerio de Educación no les informó previamente. Goic espera que la decisión pueda revertirse porque "a las dictaduras hay que llamarlas dictaduras y a las democracias, democracias".
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