La mejor trompeta del año

Para que el niño tuviera su primera trompeta, su padre, policía local de Daimiel, pidió un préstamo. El instrumento era una TR-300, un modelo sencillo, aunque salía por unas 100.000 pesetas de entonces. Un desembolso importante para una familia humilde y un chaval de solo ocho años, pero ¡qué gran inversión! Hoy Manuel Blanco, a sus 26, es uno de los mejores trompetas del mundo. O al menos eso dice el premio que ha ganado este año, el prestigioso concurso internacional ARD Music Competition, que en 60 años solo han alzado tres músicos en esa categoría: uno de ellos, el gran Maurice André (en 1963).

Todos, desde Josep Pons, el director de la ONE, la sinfónica donde milita desde hace cuatro años, hablan maravillas de Manolito (como le conocen sus compañeros): "Carácter, sonido delicioso, gran tempo...". El premio ha sido un tremendo punto de inflexión desde aquella vez que sopló su pasión en la habitación de su abuela y casi se desmaya por el esfuerzo. Últimamente es casi imposible pillarle en España. Blanco es uno de los exponentes de una brillante generación que, si la maldita crisis no termina expulsándola de este país, cambiará definitivamente el prestigio de la música clásica en España.

Daniel Verdú es periodista de EL PAÍS.