Erdogan acusa a Francia de cometer genocidio en Argelia

No siempre se aprende de la historia. Ni un siglo después. El genocidio armenio, la primera matanza sistemática de civiles contemporánea, ha desatado uno de los enfrentamientos más graves registrados entre dos países miembros de la OTAN. El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, acusó ayer a Francia de haber cometido genocidio en Argelia durante su ocupación colonial del país magrebí.

Fue su virulenta respuesta a la ley aprobada la víspera en el Parlamento francés, que castiga con pena de cárcel y una multa de 45.000 euros a quienes nieguen el genocidio de la población armenia, en el que perecieron cientos de miles de personas desde 1915, en la etapa final del Imperio Otomano en la I Guerra Mundial. La Turquía moderna siempre ha rechazado que las matanzas fueran deliberadas.

"Lo que Francia hizo en Argelia fue un genocidio, y si [el presidente francés Nicolas] Sarkozy no lo sabe, debería preguntar a su padre", aseguró Erdogan en Estambul en una nueva escalada de sus invectivas tras la votación de la Asamblea Nacional francesa. Turquía ya ha congelado las relaciones comerciales, políticas y militares con Francia y retirado a su embajador en París.

El primer ministro turco cargó las tintas al sostener que, "a partir de 1945 y hasta 1962, alrededor de un 15% de la población argelina fue masacrada sin piedad por los franceses". Por si fuera poco, recordó que el padre de Sarkozy luchó como legionario francés en Argelia en los años cuarenta. "Estoy seguro de que tiene mucho que decir a su hijo sobre estas masacres", afirmó el gobernante turco. Pero el progenitor del presidente, Pal Sarkozy, se apresuró a informar ayer a un canal de televisión francés de que nunca estuvo en Argelia. "Estuve en la legión, pero nunca salí de Marsella", puntualizó.

Erdogan insistió en referirse a la familia del presidente francés y aseguró que "los antepasados de Sarkozy huyeron de España y se refugiaron en el Imperio Otomano". "Si Sarkozy mira su propia historia familiar, no verá otra cosa que ayuda y buena voluntad por parte de Turquía y los turcos", añadió. Eso sí, precisó que sus palabras no se dirigen contra el pueblo francés sino contra "la Administración, que se comporta de una manera discriminatoria y racista". Para Erdogan, Sarkozy ha recurrido a la islamofobia -en Francia viven unos cinco millones de musulmanes- y la turcofobia -la comunidad armenia francesa ronda las 500.000 personas- para ganar votos en las próximas elecciones.

Por su parte, el ministro de Exteriores, el habitualmente moderado Ahmet Davutoglu, arremetió también duramente contra Francia para condenar la ley francesa sobre el genocidio armenio. "Los políticos franceses que tomaron esta decisión no son diferentes de [Bachar] El Asad o

Gadafi", dijo el jefe de la diplomacia turca. "Los dictadores de Oriente Próximo dictan a sus pueblos qué es lo correcto y qué deben pensar, y esto es lo mismo que ocurre en Francia".