Feijóo reconoce que la situación del paro es "crítica"
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, acostumbra a desayunar los miércoles alternos de cada mes una ración de paro en el Parlamento. La escena se repite durante la sesión de control al Gobierno. Ayer, después de que el último dato de la Encuesta de Población Activa certificara que dos de cada 10 nuevos desempleados de España son gallegos, socialistas y nacionalistas le sirvieron dos tazas. Y puede servir como presagio de lo que le espera hasta el fin de la legislatura, más ahora cuando no habrá enemigo en el Gobierno central al que echarle las culpas.
Primero el portavoz parlamentario del BNG, Carlos Aymerich, enumeró una retahila de cifras "con maquillaje y sin maquillaje" hasta concluir que desde que el PP volvió al poder hay en Galicia 42.000 parados más, 63.000 familias con todos sus miembros y sin trabajo y 23.000 sin ningún sustento. También insistió en que el presidente cuando era candidato se ofreció a "acabar con la crisis en 45 días", leyenda urbana más que promesa, porque el compromiso de Feijóo fue el de presentar en ese tiempo un programa de austeridad y ahorro, llamado plan anticrisis, que finalmente sí aprobó, por más discretos que sean los resultados.
Tras el aluvión de cifras y con el registro del Instituto Nacional de Estadística aún fresco, Feijóo admitió lo obvio: "La situación de Galicia es crítica". Pese a la contundencia del adjetivo, la frase está lejos de ser un mea culpa.Tras trazar ese negro diagnóstico de la economía, admitir que "los datos de paro son malos sin paliativos" y aclarar que Galicia "no es la primera comunidad donde más crece el desempleo [como había señalado Aymerich] sino la tercera" -la clasificación difiere según el período analizado- matizó que la situación económica gallega es aún mejor que la del resto del país, y esgrimió el diferencial positivo de cuatro puntos porcentuales en el desempleo con respecto a la media nacional (obviando que se está reduciendo desde que regresó a la Xunta). También subrayó que Galicia sigue sufriendo las consecuencias de "ocho años de políticas socialistas". De ello responsabiliza tanto al PSdeG como al Bloque "por apoyar" algunos de los presupuestos del Ejecutivo de Zapatero.
Más institucional que otras veces, el líder del PSdeG, Pachi Vázquez, tendió la mano al presidente para "reasignar 120 millones de euros" en los Presupuestos de 2012 con el objetivo de favorecer el empleo entre los jóvenes y en política social. Ese tono menos áspero -un clamor interno en el partido, que se lo venía exigiendo desde hace meses- lo hizo notar él mismo cuando admitió que "por una vez" iba a plantear una propuesta a la Xunta. Pero no le impidió echarle en cara a Feijoó que, según recogía su programa electoral, "189.000 parados eran la peor desgracia en 2009 mientras que 330.000 ahora no son ningún drama".
Feijóo acabó anunciando sin demasiada convicción que a finales de 2012 podría crearse empleo. Lo dijo así como una posibilidad solo 24 horas después de que el exministro y portavoz de Economía del PP, Cristóbal Montoro, descartase que se fuera a notar la recuperación del mercado laboral el año próximo.
Más que dudar del pronóstico, Pachi Vázquez vaticinó que con una previsión de crecimiento del 0,6% del PIB como la que figura en las cuentas de 2012, lo probable es que Galicia sume 15.000 parados más. El presidente no declinó la oferta, que se comprometió a estudiar, e insistió en que la Xunta va a "movilizar 300 millones de euros", según anunció este mes. Citó entre esas inversiones las que hará la firma privada Estela Eólica para construir una planta de tratamiento de residuos, la conocida Sogama del sur, en O Irixo. Y sumó dentro del mismo montante otros 90 millones de euros (63 aportados por el Ministerio de Ciencia y Tecnología) como parte del programa Innova Saúde para mejorar los equipamientos de los hospitales pero que corresponden a varias anualidades.
Si por los datos del paro Feijóo mira al Gobierno central, otro tanto hace la conselleira Pilar Farjas cuando la oposición le echa en cara el bloqueo de tarjetas sanitarias a pacientes parados sin prestación, que negaba hace poco menos de un mes. "La Seguridad Social solo es universal con matices porque así lo estipulan el Gobierno central y el Instituto Nacional de la Seguridad Social que, incomprensiblemente, sigue siendo quien autoriza las coberturas".
La respuesta de la conselleira a las críticas de nacionalistas y socialistas fue remachada por el portavoz popular de Sanidad, Miguel Santalices, que acusó al INSS de actuar "como una katana y cortar el derecho a la asistencia sanitaria", informa Diana Mandiá.
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