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Columna
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Que nos quiten la triple A

Si Charles Chaplin resucitara (Dios lo quiera, ya que parece el único superhéroe capaz de hacerlo) y reescribiera El gran dictador, se quitaría el uniforme, mantendría su juguetona bola del mundo en sus manos y bailaría en una oficina lujosa de una agencia de calificación eligiendo países, continentes, el mundo entero al que pincharle su aguja de coser en el culo. La última amenaza de estos pequeños dictadores es quitarle la triple A a toda Europa, bueno a toda la zona Euro, luego será Europa del norte -que, como todo el mundo sabe, es otra cosa-, después EE UU y ya avisan al atolón de Mururoa de que se ate los machos porque van a por ellos.

Esta noche soñando, que como todo el mundo sabe no es más que una recopilación desordenada de lo vivido durante el día, algo así como una película de Torrente con un guión de Rafael Azcona, una mezcla imposible, se me ha aparecido el ángel bueno para recordarme que perder la triple A es la mejor noticia posible. Cuando Standard & Poor's amenazó con pinchar el continente europeo de su bola del mundo, me recordó a la Triple A argentina de los setenta, aquella Alianza Anticomunista Argentina que creó Juan López Rega que era... ¡agárrense!... ministro de Bienestar Social de los gobiernos de Héctor Cámpora, Lastiri el breve y Juan Domingo Perón, de vuelta con Isabelita de vicepresidenta. Años y años le costó a Argentina quitarse de encima el bienestar social de aquel siniestro personaje que recortaba las pensiones matando a los padres y abuelos de los izquierdistas, y rebajaba el paro juvenil eliminando a todo aquel que se enfrentara al poder por él defendido. Acabó exiliado en la España franquista. ¿Dónde si no?

Le costó a Argentina quitarse la Triple A de encima y, sin embargo, parece que a Europa le va a costar muy poco quitarse la triple A de sus papeles. Lo primero fue magnífico y empiezo a pensar que lo segundo no sería tan malo. Rebajada la nota de Europa -Angela Merkel incluida-, probablemente el papel de las agencias de calificación se convertiría en papel mojado. Ya se sabe que es mejor criticar, amenazar, rebajar que apoyar, defender o ampliar. ¿Se imaginan a las agencias de colocación peleándose por llenar de triples A a la economía noruega -Harald, chato, aprieta el sable- o defender el futuro irresistible de Luxemburgo?

Me resisto a creer que Standard & Poor's sea nuestro ministerio mundial de Bienestar Social. Porque, si así fuera, me apunto directamente al malestar social, cojo la bandera de Tafalla, me aprieto los machos y me voy a Mururoa a luchar junto a los aborígenes en defensa de nuestra dignidad. Porque por allí pasarán "por el puro placer de gozarte", que canta Javier Rubial, que elige la palabra gozar en lugar de la que todos ustedes están pensando.

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