El PP se perfila como apoyo para los presupuestos pese al esfuerzo de ERC
Mas-Colell amenaza con denunciar al Gobierno central para cobrar 759 millones
El Gobierno catalán empezó ayer las negociaciones para encontrar un socio que garantice la aprobación de los presupuestos de 2012. Después que la abstención del Partido Popular posibilitara la aprobación de las cuentas para este año, el PP sigue siendo el partido mejor situado para pactar con el Ejecutivo. Las posiciones de Esquerra y, en menor medida, el Partit dels Socialistes están más cerca que hace unos meses, pero las exigencias del PP siguen siendo más asumibles para el Gobierno que preside Artur Mas.
El Ejecutivo solo necesita una abstención del partido que lidera Alicia Sánchez-Camacho para llevar adelante las cuentas. El consejero de Economía, Andreu Mas-Colell recibió un mensaje claro del PP: si se mantienen las líneas maestras de lo que pactaron ambos partidos para 2011, la abstención estará cerca, aunque Enric Millo, portavoz del PP, no quiso dar por hecha esta opción. Consciente de su posición de fuerza tras las elecciones generales, el PP quiere sacar el máximo provecho del acuerdo. Millo verbalizó las exigencias: cumplimiento total de los pactos contraídos para las cuentas de 2011, profundizar en el recorte del sector público y replantear la subida de tasas que Mas presentó tras las generales. El propio Millo aceptó que ese aumento, cuando se cifre, puede ser más digerible para el PP.
El PP se perfila de nuevo como socio de Mas pese al esfuerzo de ERC para gustar al Ejecutivo. Mas siempre ha elegido a Sánchez-Camacho como pareja de baile, pero los republicanos siguen ansiando un pacto con los nacionalistas. Tras reunirse con Mas-Colell, el presidente republicano, Oriol Junqueras, destacó que el Ejecutivo había escuchado con atención propuestas como la subida del último tramo del IRPF, aunque CiU, posteriormente, rebajó su optimismo. ERC criticó, en cambio, el recorte en el gasto de personal que el Gobierno negocia con los funcionarios, un ajuste irrenunciable para Mas-Colell.
Pese a que el PSC es el que mantiene las posiciones más alejadas del Gobierno, los socialistas notaron buena predisposición de Mas-Colell para escuchar sus peticiones. El PSC pide que las subidas de impuestos anunciadas por Mas sean progresivas y una rectificación clara en la política de recortes. También exigen que el ajuste del gasto se acompañe de medidas de reactivación económica y de una estrategia clara de lucha contra el paro. "Si Cataluña no vuelve a crecer, la austeridad es pan para hoy y hambre para mañana", dejó claro la portavoz adjunta del PSC, Rocío Martínez-Sempere.
El Ejecutivo, que ayer no ofreció cifras concretas sobre los nuevos presupuestos, seguirá en contacto con los tres grupos. No se contará con Iniciativa, cuyo líder, Joan Herrera, denunció la "parodia" de las reuniones, ya que dio por hecho un pacto entre CiU y el PP.
El Gobierno sí cosechó apoyo unánime para lograr que el Ejecutivo central pague a la Generalitat los 759 millones que le adeuda por la aplicación de la disposición adicional tercera del Estatuto, unos fondos destinados a costear infraestructuras. En una entrevista en Catalunya Ràdio, Mas-Colell exhibió su tono más duro y amenazó con emprender "acciones legales" contra el Gobierno por el impago. El consejero consideró que la forma de actuar del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero "es un caso de jeta" porque es un "intento grosero" de traspasar déficit de una Administración a otra. Mas-Colell vaticinó que el impago de estos 759 millones, que estaban incluidos en los presupuestos para este año, puede comportar "graves problemas de tesorería" en la Generalitat. El día 20 de diciembre el Gobierno catalán deberá pagar la nómina de los funcionarios, pago que, según fuentes de CiU, no está en peligro.
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