Clesa despedirá al 70% de la plantilla en Caldas de Reis
La pelea del comité por sacar adelante la fábrica de Clesa en Caldas de Reis con toda la plantilla (130 personas) ha sido en vano. Una asamblea de trabajadores comunicaba ayer el punto y final de 90 contratados, que esta misma semana entrarán en un ERE de extinción. Otros 40 elegidos por la dirección podrán mantener su puesto en la fábrica de yogures que el grupo Ruiz-Mateos hizo inviable. La portavoz del comité, Lola Ramos, criticó que sea la empresa la que vaya a decidir "de forma unilateral" quien se queda.
A partir de ahora lo mejor que puede pasar es que los futuros compradores ejecuten un proyecto viable y repesquen a parte de la plantilla. La oferta más viable por el momento es la de Feiraco con el aval público de la Xunta a través de la Consellería de Economía. Junto a Feiraco participa Agaca, encabezada por cooperativas de Friol y Chantada. Hace una década Agaca era propietaria de la fábrica de Leyma en Arteixo, que luego vendió a Ebro Puleva. Con la planta de Clesa podrían sacar adelante un proyecto complementario a su producción para fabricar yogures, flanes, quesos y leche en polvo. "La operación no le restaría nada a la fábrica de leche UHT de Feiraco", señala una fuente del sector.
Miedo a un "tiburón"
El comité de empresa teme que "aprovechando las menores cargas salariales, aparezca un tiburón a última hora", en la pugna por los activos de la familia Ruiz-Mateos. Visiblemente emocionada tras la que probablemente será la última asamblea en este largo conflicto, la presidenta del comité calificó el ERE de "injusto" y acusó a la administración concursal de estar "jugando con la parte humana por interés económico". "Se nos está utilizando de forma sucia", añadió, en alusión a que los despidos se producen en la semana del puente de diciembre.
La dirección de la planta ya se ha dirigido a algunos trabajadores para trasladarles su continuidad, hecho que la representante sindical ha calificado como "vender un favor para toda la vida", informa Europa Press. "Vamos a seguir luchando para que esta planta se mantenga y el inversor que entre lo haga con sentido común y recupere a esta plantilla que luchó con tanta fuerza", resumió antes de pedirles a los administradores, a la empresa y a la Xunta que se sienten a negociar para sacar adelante el proyecto.
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