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Europa castiga a Irán sin llegar al embargo petrolero

Las sanciones de la UE afectan a 143 empresas y 37 miembros del régimen

La Unión Europea acordó ayer una nueva batería de sanciones contra Irán en un enésimo intento de forzar a las autoridades de la República Islámica a poner fin a un programa de desarrollo nuclear que coloca a Teherán a las puertas de la bomba atómica. En total, las sanciones afectan a 143 compañías y organizaciones iraníes, cuyos activos quedan congelados en la Unión, y a 37 personas, a las que no se concederá visado para viajar a los Veintisiete. Medidas más ambiciosas, como prohibir la compra de petróleo iraní, han quedado para más adelante en vista del daño que podrían producir a algunos socios comunitarios.

El régimen de los ayatolás tiene tomada la medida a una UE cada vez más frustrada y que en las últimas horas ha visto cómo radicales iraníes asaltaban la Embajada británica en Teherán. La diplomacia europea saca pecho: "Estas acciones contra Reino Unido lo son contra la Unión Europea en su conjunto", señalaba el comunicado de los ministros de Exteriores de los Veintisiete. Las palabras evocan a la OTAN y su artículo 5 sobre la respuesta conjunta al ataque armado a uno de sus miembros. En el caso comunitario la cuestión se limita a dejar constancia de que "la UE está tomando medidas adecuadas como respuesta".

Medidas adecuadas significa "que todos muestren solidaridad" con Londres a su libre albedrío, explica la coordinadora de la política exterior, Catherine Ashton. "La mayoría de los socios europeos está llamando a sus embajadores", concreta Trinidad Jiménez, la ministra española. "No ha habido decisión unánime de hacerlo". España ha convocado al embajador iraní en Madrid y ha dejado en suspenso la incorporación del nuevo embajador en Teherán.

Algunos socios sugirieron ir más allá de las sanciones a 180 personas físicas y jurídicas y pidieron medidas sobre el sector energético, principal fuente de recursos iraní. Entrar ahora en restricciones petrolíferas habría sido dañino para los europeos, que importan el 6% de su crudo de Irán. La ministra Jiménez reconoce la importancia de la dependencia española del petróleo iraní, en torno al 14%, pero considera que antes de que se adopten las sanciones "España podría buscar otras alternativas".

Edificio de la Embajada de Irán en Londres.
Edificio de la Embajada de Irán en Londres.DAN KITWOOD (GETTY)
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