La oposición reprocha a Mas que anuncie los recortes después de las elecciones

Los partidos de la oposición, a excepción del Partido Popular (PP), y los sindicatos criticaron duramente ayer el plan de medidas presentado por el presidente de la Generalitat, Artur Mas, que prevé el recorte de los salarios públicos, además de la subida de diferentes tasas, como las del transporte, las becas universitarias y los hidrocarburos. Partidos y sindicatos criticaron el contenido de las medidas: consideraron que las propuestas vuelven a golpear a las clases medias y bajas, pero también reprocharon la forma en que la Generalitat las presentó. Algunas formaciones llegaron a hablar de "fraude democrático" por el hecho de que Mas haya escondido el nuevo plan de ajuste durante la campaña para las elecciones generales.

Los partidos critican que no se suban los impuestos a las rentas altas

ICV tacha de "fraude democrático" que CiU haya escondido el plan hasta el 20-N

El Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), Iniciativa, Esquerra Republicana, Ciutadans y Solidaritat coincidieron en echar en cara al Gobierno que esta segunda oleada de medidas no afecta a todos por igual. "Mas solo se atreve con las clases populares y con los empleados públicos, pero no con los más ricos", espetó el líder de ICV-EUiA, Joan Herrera. Los partidos también coincidieron en pedir una política fiscal redistributiva, con impuestos que graven las rentas más altas. La portavoz de ERC en el Parlament, Anna Simó, reprochó a CiU que se haya eliminado el impuesto de sucesiones. "Si la situación económica es tan grave, ¿por qué la Generalitat se permite todavía dar regalos a las rentas más altas?", cuestionó Simó.

Los partidos de la oposición también censuraron a Mas por esperar a que pasaran las elecciones para anunciar los nuevos recortes y evitar así que estas medidas impopulares le pudieran pasar factura en las urnas. Uno de los más contundentes fue ICV, que tachó este ocultamiento de "fraude democrático". "Antes de las elecciones CiU hablaba de la bandera, pero después ha sacado las tijeras", censuró Herrera. Por su parte, el líder parlamentario del PSC, Joaquim Nadal, calificó de "contradicción flagrante" las medidas anunciadas por Mas respecto al programa electoral de CIU, que no hablaba de esta subida de tasas. El socialista criticó que la filosofía de las cuentas autonómicas sea "pedir sacrificios a la población, pero sin propuestas para reactivar la economía". Nadal advirtió de que si CiU sigue esta senda, "no hay nada que hacer" en cuanto a pactos presupuestarios.

Los sindicatos UGT y CC OO también criticaron sin ambages que el Ejecutivo catalán prepare una nueva reducción salarial de los funcionarios y recordaron que este colectivo ya sufrió una reducción de las nóminas del 5% en 2010 y han visto congeladas sus retribuciones este año. CC OO advirtió de que los sueldos públicos "deben negociarse en los ámbitos correspondientes", informa Clara Blanchar.

UGT se mostró a favor de aumentar los ingresos públicos mediante impuestos, pero rechazó que la fórmula para hacerlo sea una subida de las tasas y los precios públicos, que a su juicio castiga a las rentas más bajas y obstaculiza el consumo y la demanda interna. "Reivindicamos un modelo fiscal que sea redistributivo y justo, donde las rentas más altas aporten más a la sociedad", señaló el sindicato.

Según CC OO, Mas debe abrir un "espacio de concertación social" para abordar medidas "urgentes" para reactivar la economía. El sindicato se mostró "indignado" ante la batería de medidas anunciadas y acusó al presidente de la Generalitat de "falta de ética democrática" por anunciar nuevos recortes justo dos días después de las elecciones generales. La organización sindical también acusó a Mas de "engañar a la ciudadanía, que ha votado desconociendo las intenciones del Gobierno catalán".

El nuevo plan de recortes y de subida de tasas se verá reflejado en los presupuestos para 2012 y el Gobierno deberá echar mano del PP, que ayer vio con buenos ojos estos nuevos recortes, para sacarlos adelante. No obstante, ERC no quiso cerrar la puerta a un posible acuerdo e insistió en que mantiene la mano tendida al Gobierno: eso sí, con la obligación de rectificar en sus políticas de ajuste.