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Nuevos inquilinos junto al Albéniz

Varias familias desahuciadas se unen a los siete okupas que viven en el edificio contiguo al teatro desde septiembre - El 15-M se desvincula de la iniciativa

Una pancarta de dos metros dio la alarma. "Espacio liberado desde septiembre. Aquí viven familias desahuciadas y gente sin techo", rezaba el cartel colgado de un tercer piso. Parecía que el teatro Albéniz había sido okupado. Pero no. Los tabiques de ladrillos siguen cubriendo cada uno de sus soportales y las ventanas están cegadas con maderos. Lo que sí ha sido okupado es el edificio de viviendas contiguo al teatro. Siete personas viven allí desde septiembre y hace dos noches decidieron tirar el tabique que obstruía el portal número 11 de la calle de la Paz para dejar entrar a varias familias desahuciadas. Algunas con niños.

En una vivienda del primer piso, situado por encima del Albéniz, conviven 20 personas. "Están invitados hasta que encuentren una casa", cuenta uno de los moradores originarios. El joven, llamado Juan, aclara que algunos residían anteriormente en el hotel Madrid de la calle de Carretas, ocupado por el 15-M. Los okupas del edificio del Albéniz se desvincularon del movimiento de los indignados, a través de un comunicado, y los indignados hicieron lo propio en Twitter.

Los puntos de acceso al espacio teatral han sido tabicados

La presidenta de la Plataforma de Ayuda al Albéniz, Eva Aladro, confirmó ayer que varios okupas llevan meses atrincherados en los pisos que hay junto al teatro. Aladro desmintió que hayan accedido a la sala o que formen parte del 15-M después de que la presidenta de la Comunidad, diera la voz de alarma sobre la okupación, informa J. Sérvulo González.

Desde el edificio no se puede acceder al teatro porque, según los nuevos inquilinos, ellos mismos han levantado tabiques. "Estamos aquí para protegerlo de otras okupaciones", declara Juan que prefiere no dar más detalles de su identidad. "No hemos entrado al teatro y no vamos a hacerlo. Hay otros dos pisos vacíos y tampoco los hemos ocupado".

Hay agua, una cocina de gas y una batería con la que ven la televisión, pero no tienen luz ni calefacción. "De momento aguantamos con mantas", declara otro de los jóvenes moradores, de nombre David. Los primeros siete okupas vivían en otra casa de la que se marcharon ante la llegada del invierno. "Hay abogados, fontaneros... Nos fuimos porque había goteras y demás cosas", relata David. Es mecánico de ascensores, pero con la crisis se quedó sin trabajo. Hasta los 18 años vivió en un piso tutelado de la Comunidad de Madrid y al cumplir la mayoría de edad se tuvo que ir de alquiler hasta que se quedó en paro y se marchó a una casa okupada.

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Los amigos del espacio teatral inciden en que el Gobierno regional "es el responsable de proteger el teatro" y le piden "que no haga demagogia y lo declare ya Bien de Interés Cultural", la única manera de blindar el teatro. El PP rechazó el pasado 25 de octubre una moción de IU para agilizar la declaración. La familia Moro, propietaria del edificio, ya ha puesto una denuncia para recuperar el inmueble.

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