"No necesitamos glamour, ni marketing"
2011 está siendo para Josemi Beltrán (Zarautz, 1972) un año de muchas primeras veces. El uno de enero sucedió al frente de la unidad de cine de Donostia Kultura a José Luis Rebordinos y por extensión se hizo cargo del Festival de Cine y Derechos Humanos y de la Semana de Cine Fantástico y de Terror. "Y de otras muchas cositas, el ciclo Nosferatu, por ejemplo", añade. A dos días para que finalice la cita cinematográfica más "gamberra" de San Sebastián, Beltrán espera, entre otras cosas, que las cuentas cuadren para que el presupuesto de la Semana (200.000 euros) no se tambalee en exceso por la crisis.
Pregunta. Una vez que ha comenzado la Semana de Cine Fantástico y de Terror, ¿se ha quitado un peso de encima?
"Tal vez tengamos que plantear ajustes pero no en la forma de ser de la Semana"
Respuesta. El previo es lo peor, la organización, pero no me ha pesado en exceso gracias a la labor del equipo que tengo detrás. Una vez que empieza el Festival uno se deja llevar por la corriente. Lo que no me gusta es el después, la recogida. Es la parte más desagradable.
P. ¿Qué es lo peor que puede suceder durante un festival?
R. Que una película no se pueda ver, que haya 500 personas sentadas en el Teatro Principal y por lo que sea no se pueda proyectar. Los invitados te pueden fallar, pero las películas son lo principal de un festival y ahí no se puede fallar.
P. El público de la Semana se caracteriza por su exigencia, ¿cómo cree que va a responder a la Era Beltrán?
R. Es un público exigente pero también agradecido. Y es muy exigente porque es muy conocedor de lo que le estás ofreciendo, en muchos casos sabe más que nosotros. Las expectativas para este año son muy buenas, en 2010 la peli con mejor calificación obtuvo un siete y pico y espero que en esta edición lleguemos al ocho.
P. ¿Dirigir un festival modesto es sinónimo de libertad?
R. La Semana es muy libre por muchas razones y una de ellas es el tamaño. Pero también tiene su parte mala porque es algo que nos impide aspirar a determinados patrocinios. Además, la libertad es algo que se corresponde con el género fantástico, anárquico por excelencia. Muchas veces se mueve por los senderos de lo alternativo, lo barato... y eso se traslada al festival. No necesitamos glamour, ni marketing, ni conceptos de este tipo. No encajan con nuestra filosofía y si los acogiéramos el público no nos lo perdonaría.
P. Pero también un festival modesto es más vulnerable a la crisis.
R. Sí. Es cierto. Pero dentro de los pequeños la Semana tiene mucha fortaleza. Ya vamos por la 22 edición y tiene un prestigio que por muy poco hábil que seas resultaría difícil de estropear. Sí que hay un riesgo de que tengamos que plantear ajustes a futuro pero en ningún caso cambiar el modelo. La Semana tiene que seguir siendo la que es, el disfrute experiencial de las películas en un cine concreto. Lo asumimos y frente a eso tenemos que jugar con la imaginación.
Letras contra la censura
La polvareda que el año pasado levantó la película A Serbian Film todavía flota en el ambiente. La XXII Semana de Cine Fantástico y de Terror en una especie de declaración de intenciones ha programado el ciclo Ven y Mira, una sección en la que disfrutar, entre otras, de La naranja mecánica, Holocausto caníbal y Tras el cristal. Películas, como explica la organización, que en su momento fueron tildadas de "nocivas". El Festival presentó ayer el libro que acompaña al ciclo.
El volumen nació en "caliente", según su coordinador, Rubén Lardín, después de que la Semana no pudiera proyectar el año pasado A Serbian film, una cinta por la que Ángel Sala, director del Festival de Sitges está imputado por un delito de exhibición de material pedófilo. La obra busca reivindicar "libertad para opinar y ver", explicó Lardín.
El libro, Ven y mira. El cine fantástico y de terror en la zona prohibida, analiza esas películas que a lo largo de la historia del séptimo arte han sido consideradas una aberración y debate sobre la legitimidad de prohibir o condenar una obra que al fin y al cabo no deja de ser ficción. "No se puede equiparar con un crimen o un delito una representación artística", subrayó Jesús Palacios, autor de dos de los capítulos de la obra.
El Festival también presentó ayer las VIII Jornadas del Cómic, que desde el pasado 29 de octubre y hasta el 10 de diciembre se celebrarán en San Sebastián. Las obras de los dibujantes Vicente B. Ballester, Arantza Sestayo y Rober Garay se podrán observar, respectivamente, en el Centro Cultural Okendo, la Biblioteca Central y los cines Príncipe.
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