A la caza del ladrón
Los Mossos detienen en Premià de Mar a un caco multirreincidente, con 10 órdenes de busca y captura tras una persecución con disparos incluidos
Cuando los Mossos d'Esquadra lograron detener finalmente a Adan C. L., de 32 años, le encontraron una catana, una careta con una peluca incorporada, una cizalla, dos guantes de lana, varios teléfonos, 1.000 euros, un reloj de alta gama y un arco desmontado... El ladrón obligó a los policías a perseguirle durante una hora. Los agentes dispararon a las ruedas de su coche e incluso al aire para detenerle, pero el uso de un arma no le amedrentó. El hombre tenía 10 órdenes de busca y captura (cinco del juzgado y cinco policiales). Una de ellas pedía su ingreso en prisión.
Ocurrió en Premià de Mar (Maresme) el martes pasado, según informó ayer la policía catalana. La caza del ladrón empezó cerca de las cinco de la madrugada. A esa hora una mujer alertó a los Mossos de que oía golpetazos en un edificio de oficinas cerca de su casa, en la plaza de Romà Piera. Cuando la patrulla llegó, se encontró las puertas de sietes despachos reventadas, un ordenador dispuesto para que alguien se lo llevase y dos hombres que salieron huyendo al oír los gritos de alto de los agentes. Primero se escondieron y después se escabulleron por el tejado del edificio.
Arrestado un hombre por robar en 19 casas, en las que se quedaba a comer y dormir
Al poco, otra patrulla vio a una persona que respondía a la descripción de uno de los presuntos ladrones huidos. Le dieron el alto, pero el hombre empezó a correr hacia el edificio de oficinas y se subió en un coche que había aparcado delante. Chocando con otros vehículos estacionados, el caco escapó a toda velocidad. Los agentes alcanzaron a disparar a las ruedas delanteras del automóvil, pero tuvieron que apartarse para no ser arrollados.
El ladrón emprendió su huida por la Nacional II hasta que colisionó con otro conductor, que resultó herido levemente. Eso tampoco le frenó: se bajó del coche y siguió corriendo a pie para evitar ser cazado. Pero de nuevo una vecina le delató a los Mossos: había un hombre escondido debajo de un vehículo en la calle de Enric Borràs. Cuando la policía le pidió que saliese, el presunto ladrón obedeció, pero al levantarse hizo amago de sacar una pistola del bolsillo. Los agentes dispararon al aire para amedrentarle, según explicaron ayer. Él echó a correr una vez más, pero solo unos metros. La policía al final consiguió detenerle.
Los Mossos atribuyen al delincuente incansable robos con fuerza en aparcamientos y trasteros en Sant Quirze del Vallès y Santa Perpètua de Mogoda, la sustracción de varios objetos y el robo del coche, unos días antes de la persecución en Sant Quirze del Vallès, con el que huyó de la policía. También le acusan de robos en el interior de varios vehículos en Sant Andreu de Llavaneres. La policía no descarta atribuirle más delitos. A última hora de ayer, el otro protagonista del robo a las oficinas seguía en paradero desconocido.
Otro ladrón con antecedentes penales fue detenido también por la policía catalana en la Cerdanya. Este presunto delincuente aprovechaba el robo en segundas residencias apartadas de núcleos urbanos para pasar uno o más días en la vivienda que saqueaba.
El detenido, Albert G. A., de 20 años y vecino de Cerdanyola del Vallès, fue arrestado el jueves de la semana pasada. La policía le atribuye 19 robos con fuerza en lo que va de año. El presunto ladrón forzaba una ventana y sacaba el cristal sin romperlo para colarse en las casas, en las que, además, dormía y comía gratis.
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