Rajoy llama al orden al ala dura del PP: "Es el momento de tener grandeza"
El jefe de la oposición pide moderar el mensaje para "no hacer la campaña a Bildu"
Mariano Rajoy dejó claro ayer que no está dispuesto a dejarse arrastrar por el ala más dura de su partido en el proceso para borrar definitivamente a ETA del mapa. Sin desautorizar directamente a ningún dirigente de su partido que ha cuestionado el carácter definitivo del cese de la violencia en el País Vasco, Rajoy sí aparcó su habitual ambigüedad para dejar claro que está escuchando en el entorno del PP opiniones demasiado subidas de tono que pueden ser contraproducentes. "Sobran los debates estériles, sobran especulaciones, las frivolidades y las ocurrencias", dijo nada más comenzar su primer acto de precampaña desde el anuncio de ETA. "Es el momento de tener grandeza", resumió.
Silbidos aislados en el mitin ante el discurso templado del líder del PP
Mayor Oreja insiste en que Euskadi puede acabar siendo como Kosovo
El líder del PP sabe que no lo tendrá fácil para que el conjunto del partido y de los medios que le son afines entonen una voz coral en referencia a ETA, por eso llamó a la generosidad y tuvo gestos con todos, comenzando por las víctimas. Rajoy aprovechó que su mitin de ayer se celebraba en Cerdanyola del Vallès (Barcelona) para citar explícitamente a las víctimas de ETA de su partido en Cataluña. Citó, por dos veces, al concejal de Viladecavalls asesinado en 2000, Francisco Cano, y al de Sant Adrià de Besòs, José Luis Ruiz Casado, quien murió de un tiro en la nuca. "Nos acordamos de todas las víctimas del terrorismo", insistió Rajoy.
Pero dicho esto, y tras pedir calma de antemano al público asistente, repitió con matices su mensaje del jueves, reiterando que el anuncio de ETA es "una buena noticia y una victoria de la sociedad española". En un discurso milimetrado, añadió que "la victoria será completa cuando ETA se disuelva irreversiblemente". Fue aquí cuando, ya con silbidos aislados entre el público, acallados por cuadros del PP que exigían silencio, Rajoy dejó claro que no comparte las tesis de los sectores más duros. "Ahora lo que toca es estar a la altura de las circunstancias, hay que ser prudentes, hay que apoyar a las víctimas, sobran los debates estériles, las especulaciones, la frivolidad y las ocurrencias". En opinión de Rajoy, esto lo que provocaría es radicalizar el debate político. Y para resaltarlo, ayer, a diferencia del jueves sí citó a la izquierda abertzale. "Lo que no hay que hacer es la campaña electoral a Bildu", dijo.
Por eso destacó que el futuro "pasa por la unión de todos los demócratas españoles y por el triunfo del Estado de derecho". Solo en este punto los aplausos mayoritarios fueron capaces de acallar los silbidos que seguían surgiendo en algunos sectores.
El líder del PP habló del futuro del País Vasco después de dejar pasar un tiempo prudencial desde su intervención de urgencia del jueves, nada más conocerse el comunicado de ETA. El viernes eludió por completo el asunto en su comparecencia ante un grupo de empresarios catalanes, y dejó que encauzaran el discurso oficial del partido la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, y la portavoz en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría. Ambas insistieron en que el conflicto no estará completamente finiquitado hasta la "disolución" de ETA, la misma expresión utilizada ayer por el líder. El discurso de Rajoy estuvo encuadrado también casi a la perfección con el que defiende la dirección del Partido Popular del País Vasco, encabezado por Antonio Basagoiti.
En ese espacio de tiempo también tuvieron tiempo para fijar posición los sectores más duros, que ayer Rajoy descalificó sin dar nombres. Esperanza Aguirre desdeñó el paso de la banda terrorista: "Los comunicados de ETA tienen credibilidad cero". Ayer mismo, Jaime Mayor Oreja insistió en la cadena Cope en que lo que le espera al País Vasco tras el comunicado de ETA es un modelo como "el de Kosovo", donde el Parlamento estará integrado, en su opinión, por nacionalistas que buscarán solo la autodeterminación.
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