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La caída del régimen libio | La reacción internacional

España llama a la reconciliación de los libios y da por acabada la guerra

La ministra Jiménez dice que ahora toca centrarse en la reconstrucción del país

Miguel González

El Gobierno español hizo ayer un llamamiento "a la reconciliación y a la unidad de todos los libios", al tiempo que saludaba el inicio de "una nueva fase en la que la atención y los esfuerzos se centrarán en la reconstrucción social, política y económica del país". En una declaracíon leída en Málaga, donde encabeza la lista del PSOE a las elecciones del 20 de noviembre, la ministra de Asuntos Exteriores y Cooperación, Trinidad Jiménez, dio por confirmada, a media tarde, la muerte de Gadafi y de algunos de sus principales colaboradores e instó al Consejo Nacional de Transición (CNT) a cumplir su Hoja de Ruta, que incluye la puesta en marcha, ya con retraso, de un Gobierno de Transición en el que estén representadas "todas las regiones, ideologías y sensibilidades" . Según Jiménez, "los responsables de la represión deberían responder por sus crímenes ante la justicia", pero este criterio debe aplicarse "de modo que no sea incompatible con la reconciliación nacional".

El coste global del despliegue desde marzo es de casi 100 millones
El conflicto termina cinco días después de que España retirase sus F-18
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El Gobierno español considera que el control de Sirte por parte de los rebeldes "significa el fin de las operaciones militares", aunque deba mantenerse la "alerta" ante posibles acciones desestabilizadoras. Jiménez ofreció, además, la experiencia española en la transición democrática. "Ayudaremos a que se produzca de manera pacífica, integradora y lo más rápida posible", añadió.

La muerte de Gadafi llega solo cinco días después de que España retirase los cuatro F-18 que desde marzo participaban en la Operación Protector Unificado de la OTAN. En estos siete meses los cazas españoles han realizado casi 400 salidas y 1.500 horas de vuelo desde la base de Decimannu (Cerdeña). Al contrario que los aviones británicos o franceses, los españoles no han cumplido misiones de ataque a suelo, pero sí de vigilancia del espacio aéreo y de escolta de los bombarderos. Tras la retirada de los F-18 y de un submarino, España mantiene en la operación de la OTAN dos aviones de reabastecimiento en vuelo y uno de patrulla marítima, así como la fragata Álvaro de Bazán. En total, 300 militares, de los 450 que había inicialmente.

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El repliegue se ha debido tanto a razones operativas -el número de horas de vuelo se ha reducido de 300 mensuales a solo 100- como económicas. Durante los tres primeros meses, el despliegue militar español costó 43 millones de euros mensuales, lo que implica que el coste global de la operación roza ya los 100 millones. De hecho, el Consejo de Ministros del pasado viernes aprobó un suplemento de crédito de 83,3 millones para hacer frente a los gastos de la prórroga.

Fuentes de la OTAN sostienen, en todo caso, que el repliegue de los F-18 se ha hecho en coordinación con los aliados. España se ha mostrado dispuesta, además, a participar en las nuevas misiones que se pongan en marcha tras la desaparición de Gadafi; tanto las que encabece la OTAN (que podría asistir en la reorganización de las Fuerzas Armadas y del Ministerio de Defensa), como la UE (que se ha ofrecido a formar a las fuerzas de seguridad y al personal judicial). España fue uno de los primeros países que reconoció al CNT como autoridad legítima. Las empresas españolas, como Repsol, que trabajaban en Libia han recibido garantías de que se respetarán sus contratos.

Un rebelde libio celebra la destrucción de un convoy de gadafistas cerca de Sirte.
Un rebelde libio celebra la destrucción de un convoy de gadafistas cerca de Sirte.THAIER AL-SUDANI (REUTERS)

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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