El Gobierno exige a la banda que deje la violencia "sin más"

El Gobierno mantuvo ayer la distancia que había marcado en los últimos días frente a la conferencia de San Sebastián y limitó su reacción a un escueto comunicado de su portavoz, José Blanco, en el que reiteró que lo que debe hacer ETA es "abandonar definitivamente la violencia sin más. Eso es lo que reclama la sociedad española y lo que el Gobierno quiere también trasladar a los ciudadanos".

El Ejecutivo añadió que no hacía valoraciones sobre la celebración de la conferencia ni sobre su contenido, además de reiterar que no ha formado parte de su organización ni participado en su desarrollo.

Los socialistas vascos llegaron en una situación incómoda a la conferencia, tras las dudas que habían exhibido sobre si participar o no en ella, y salieron relativamente insatisfechos, al considerar que la declaración final no atiende a lo que su presidente, Jesús Eguiguren, expuso en la reunión, según fuentes del partido.

Eguiguren, quien formó la delegación del PSE junto al alcalde de Ermua, Carlos Totorika, incidió en uno de los mensajes defendidos en los últimos tiempos por el Gobierno autónomo con el lehendakari al frente: la situación de debilidad terminal de ETA es fruto básicamente de la firmeza del Estado de derecho, la acción policial y judicial y la "tolerancia cero" frente a cualquier uso de las calles en apoyo a los terroristas.

El dirigente socialista, quien elogió la "buena voluntad" de los participantes internacionales en la conferencia, entregó a los presentes una copia del decálogo por la concordia y la convivencia que Patxi López presentó en septiembre en el Parlamento vasco. Luego leyó su contenido, en el que destaca la propuesta de acercar a los presos a Euskadi siempre tras el final de la banda.

"En nuestro país no ha existido un conflicto violento con dos bandos enfrentados, sino el ataque sistemático de una banda terrorista a la convivencia democrática", dijo Eguiguren.