El vivo documento del miedo
La película 'You don't like the truth' muestra la grabación real del encuentro durante varios días de la policía con un menor detenido en Guantánamo
Un vídeo de mala calidad puede abrir los ojos del espectador. En él se ve a un prisionero encadenado y vestido de naranja que espera detrás de una mesa. Entran dos hombres y una mujer:
Agente. ¿Qué tal es tu inglés?
Omar Jadr. Bueno.
A. Es bueno, ¿eh?
O. Sí.
A. Mira, la razón por la que estamos aquí es porque queremos hablar contigo durante un par de días.
O. Sin problemas.
A. Imagino que nosotros somos los primeros canadienses que has visto en un tiempo.
O. ¿Canadienses? ¡Finalmente! (ríe aliviado).
El encuentro, nunca antes visto, entre un equipo de agentes canadienses y un niño detenido en la cárcel de Guantánamo, es el inicio del documental You don't like the truth. Basado en un vídeo secreto de ocho horas hecho público en 2008 por los tribunales canadienses, revela la dramática intensidad del interrogatorio que duró cuatro días del mes de febrero de 2003. La cinta se estrenó ayer en Londres tras haber sido presentada en Canadá, Estados Unidos y Chile. La alegría de Omar del primer día se va convirtiendo en frustración y angustia a lo largo de la grabación, al darse cuenta de que sus paisanos no están allí para ayudarle.
"El valor del vídeo es incalculable", asegura su director, Patricio Henríquez
Omar Jadr, nacido en Toronto, tenía entonces 16 años. Si se encontraba en esa sala, en esa cárcel, en esa isla, era porque el Gobierno de Estados Unidos le acusaba de matar a uno de sus soldados de las fuerzas especiales durante un asalto en Afganistán en 2002. La detención e interrogatorio eran ilegales. Bajo la convención sobre los niños soldado, ratificada tanto por Estados Unidos como por Canadá, Omar jamás tenía que haber sido acusado de crímenes de guerra. En todo caso tendría que haberse unido a un programa de reeducación. Hoy tiene 25 años y sigue en Guantánamo, mientras el Gobierno conservador canadiense sigue rechazando pedir su repatriación.
El documental, de dos horas, resume solo cuatro días de sus nueve años de reclusión. Conservando el estilo de una pantalla de vigilancia, el filme analiza los aspectos científicos, legales y políticos de un diálogo forzado. El espectador asiste también a las reacciones de su hermana y su madre la primera vez que vieron el vídeo. También de su abogado, Dennis Edney, y de sus antiguos compañeros de celda.
De la dirección y producción de la cinta se han encargado Patricio Henríquez y Luc Côté. Henríquez es un chileno afincado en Canadá que lleva dirigiendo documentales desde los años setenta. "Un día de julio de 2008 escuché en la radio que la Corte Suprema acababa de desclasificar un vídeo de Omar Jadr que formaba parte de los documentos secretos de EE UU. Los abogados de Omar llevaban años intentando que viera la luz. Ver las imágenes me produjo una profunda indignación. Por deformación profesional, me di cuenta de que esas imágenes formaban parte de lo invisible. El valor del vídeo es incalculable, a pesar de la mala calidad de la imagen. Este es un lugar donde nunca te dejarían entrar con una cámara, y aunque te dejaran quizá ni la pondrías a funcionar por cuestiones éticas. En la grabación del documental, Omar quizá ni sepa que le están grabando y los agentes tenían el convencimiento de que ese material nunca vería la luz".
Hace ahora un año la película se proyectó por primera vez en la Cámara de los Comunes de Canadá. Asistieron los tres partidos de la oposición, pero ningún miembro del partido conservador en el poder. A Omar aún le quedarían por cumplir siete años de prisión. Según el acuerdo resultante de una negociación de sus abogados con el Departamento de Estado norteamericano revelada por Wikileaks, aceptó confesar que él había matado al soldado estadounidense a cambio de cumplir solo ocho años de prisión. De esos ocho años, solo uno más tenía que cumplirse en Guantánamo, por lo que su deportación a Canadá se tendría que producir en las próximas semanas. En España, esta película fue premiada ayer mismo en el Festival de Cine Invisible de Bilbao, pero por ahora no está previsto que se distribuya en los cines. TV-3, la televisión autonómica catalana, ha comprado los derechos.
Babelia
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