"No quiero pensar en el mal que Anglada podría hacer con un diputado en Madrid"

Un hombre con un cubo lleno de agua y lejía friega la plaza de Sant Jaume de Barcelona mientras un corrillo de personas le mira. Es un acto simbólico en protesta por la concentración que unas horas antes ha celebrado el partido xenófobo Plataforma per Catalunya (PxC) en la misma plaza reivindicando su derecho a la libertad de expresión. La convocatoria de PxC provocó ayer en Barcelona dos contramanifestaciones: dos actos de repudio al hecho de que Interior les autorizase a manifestarse en la emblemática plaza de Sant Jaume.

"No quiero pensar en el mal que Anglada podría hacer con un diputado en Madrid", lamentó ayer uno de los asistentes a la convocatoria de las seis de la tarde en la misma plaza, organizada por el movimiento Unión contra el Fascismo y el Racismo. "Que sea legal Plataforma per Catalunya es una vergüenza para nuestro país", se sumaba, micrófono en mano, otra de las personas que intervinieron. La convocatoria vespertina se desarrolló de una forma pacífica, con un centenar de personas, según cifras de la Guardia Urbana.

Detenidos dos antisistema por atentado contra la autoridad

Anglada: "Me llaman el flautista de Hamelín por las ratas que me siguen"

Los allí presentes mostraron su preocupación por el aumento de votos de PxC, y la "banalización del discurso del odio" que, según ellos, propicia el partido xenófobo. "La convivencia está en peligro", añadía otro participante. Tras cinco parlamentos de distintas asociaciones, una portavoz del movimiento puso el broche final al acto con la lectura de un manifiesto. A las siete, la concentración se disolvió sin ningún incidente.

Un clima distinto se vivió por la mañana. Unas 350 personas, según la Guardia Urbana, se citaron en la plaza de Urquinaona a las 10.30. Una hora después, el grupo de indignados, antisistema y antifascistas inició una marcha (no comunicada oficialmente a Interior) por el centro, rumbo a la plaza de Sant Jaume, donde se concentraban los militantes de PxC.

Coreando eslóganes como Fascismo nunca más, ni en Barcelona ni en ningún lugar y Ninguna persona es ilegal, y realizando pintadas en contra de PxC, los manifestantes llegaron por la calle de la Princesa a la Via Laietana. Allí les esperaba un espectacular cordón policial formado por casi un centenar de antidisturbios de los Mossos d'Esquadra y unos 20 furgones policiales que les cortaban el paso. Tras proferir insultos contra el líder de PxC, Josep Anglada, el grupo se dirigió a la plaza conocida como el forat de la vergonya.

Poco después, pusieron rumbo de nuevo a la Via de Laietana, por la calle de Bòria. Pero los Mossos d'Esquadra rodearon a los jóvenes, de forma que no pudieron moverse durante más de una hora. En el intento de cercarles, los antidisturbios usaron las porras para acorralarles. Los Mossos identificaron a 120 personas y detuvieron a dos de ellas por atentado contra la autoridad.

Mientras, en la plaza de Sant Jaume, Anglada decía: "Me llaman el flautista de Hamelín, pero por las ratas de cloaca que me siguen allá adonde voy". El líder del partido ultraderechista cargó contra las mezquitas, pidió que el "Estado de bienestar no sea para los que viven en el atraso" y clamó por una "Cataluña libre, cristiana y europea".

Algunos transeúntes que pasaban por la plaza gritaron "¡racistas!" espontáneamente a los allí concentrados. "¿Por qué a los otros chicos les vigilan hasta una veintena de furgones y policías, y a estos racistas encima les protegen y no hay ni antidisturbios?", se quejó un matrimonio.

Los miembros de PxC convocaron su concentración en la plaza de Sant Jaume a favor de la libertad de expresión después de que el Tribunal Superior de Justicia les prohibiese a finales de agosto una manifestación en Salt (Gironès). Querían protestar contra la construcción de una mezquita en la población. El tribunal consideró que un acto de ese tipo en Salt, con un 45% de inmigrantes, la mayoría musulmanes, era un peligro.

PxC tiene un acto previsto el sábado en Sant Boi de Llobregat para presentar a sus juventudes. Ayer los antifascistas llamaron a boicotearlo. El contraacto parece asegurado.