El gran poder de la reina de Broadway

Spiderman tenía que saberlo. Al fin y al cabo, el lema de su cómic es que los grandes poderes conllevan grandes responsabilidades. La directora de su versión musical, Julie Taymor, en cambio, lo fue descubriendo a medida que el estreno del montaje (el más caro de la historia de Broadway, con la banda sonora de Bono y The Edge, de U2) se aplazaba, mes tras mes, y las críticas despedazaban las telarañas del superhéroe.

Fue seguramente la primera creación controvertida de la aclamada directora de El rey león, musical que lleva 14 años cosechando éxitos y que se estrena el 21 de octubre en el Teatro Lope de Vega. Está en Madrid para supervisar los ensayos de su pupilo y defiende su última criatura: "Tenía que haber efectos especiales. No iba a trasladar simplemente las películas de Spiderman al teatro y estoy orgullosa de mi trabajo". Un trabajo que, sin embargo, abandonó en marzo, tres meses antes del debut oficial. Porque se negaba a aceptar consejos externos, según la prensa estadounidense. "Porque quisieron simplificarlo", jura ella. Sea como sea, Taymor reconoce que hubo errores en las semanas que Spiderman turn off the dark pasó en la incubadora de Broadway: "Hay que remar todos en la misma dirección, pero algunos productores solo buscaban sacar dinero del musical".

Al barco de El rey león en cambio las cosas le fueron bastante mejor. Taymor fue el martes a escuchar cómo ruge su creación en castellano. Respeto a la versión estadounidense, dos serán los cambios principales: "Habrá que adaptarla a la cultura española y el teatro es más íntimo, aunque con menos espacio". El soberano intentará sin embargo mantener su esencia. "Una buena historia, la música de Elton John, los sonidos de Sudáfrica y una parte visual sin parangón", resume la directora. Hasta ha acuñado un neologismo para la mezcla de muñecos y actores que verá quien se adentre en la selva del Lope de Vega: "Humanimal. Quería que se vieran las caras y la humanidad de los actores y a la vez reproducir el movimiento de los animales".

Lo hizo colocando unas máscaras encima de las cabezas de los intérpretes. Otra innovación para una directora que, del teatro al cine (suyas son Frida y Across the universe), de fieras a superhéroes, apuesta por el riesgo y el espectáculo. "Cada medio me reta. Cuento historias humanas, pero con toques de magia o sobrenaturales. En el teatro busco la tridimensionalidad". Algo de eso Taymor lo aprendió en Indonesia, donde vivió cuatro años y sufrió el flechazo del chamanismo y las coreográficas ceremonias religiosas de Bali. Aquello le enseño a relativizar todo: "Hubo terremotos, la erupción de un volcán y una piedra enorme me abrió la pierna". En el fondo, por muy duro que fuera, el lío de Spiderman no deja de ser "solo maldito teatro".