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"Hay lagunas en la cultura de seguridad"

La autoridad nuclear francesa detectó anomalías en la planta que explosionó

La Autoridad de Seguridad Nuclear francesa (ASN), máximo organismo en materia de seguridad atómica del país galo, ya alertó en 2008 de la falta de seguridad y la ausencia de "mecanismos de control" que permitieran "detectar preventivamente posibles degradaciones" de la planta de tratamiento de residuos de baja radiactividad en la que el lunes se registró una explosión que mató a una persona e hirió a cuatro. Así lo denunció el informe de una inspección realizada en junio de 2008 en el complejo nuclear de Marcoule.

Ese almacén de desechos adolecía de "amplias lagunas en cultura de seguridad", critica el informe de la autoridad francesa que destaca la falta de implicación por parte de la dirección de la empresa Socodei que gestiona el complejo. Se trata de la filial de EDF, primera empresa productora de electricidad de Europa y propiedad del Gobierno francés en un 85%. "El desarrollo de la cultura de seguridad debe promoverse a todos los niveles, especialmente sobre el terreno, para asegurar la prioridad de este aspecto por encima de los objetivos de producción", advirtió el informe de la ASN. La agencia llama la atención al director general de la empresa por su escasa implicación. "Tras la inspección, no ha enviado un documento con la política general de la dirección, poniendo en evidencia su implicación en materia de seguridad", destaca el informe del organismo francés.

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La explosión en el complejo nuclear francés se produjo tras un fallo en uno de los hornos

Las autoridades francesas han puesto en marcha una investigación para conocer las causas de la explosión sufrida en esta instalación, que ha sufrido 18 incidentes leves desde 2000, calificados todos como de nivel 1 sobre 7 en la escala internacional que mide la gravedad de los accidentes nucleares. Se trata del nivel empleado en anomalías operativas que no repercuten en sucesos graves en la planta.

El último incidente se produjo el pasado mayo, cuando la alarma de detección de incendios en la unidad de incineración quedó inutilizada y la planta estuvo inoperativa durante cuatro días. A mediados de agosto de 2010, por otro lado, falló un dispositivo del sistema de eliminación de gases que obligó a la empresa a paralizar el horno. Socodei rechazó ayer hablar con este diario sobre estos sucesos.

La firma tomó medidas ante el requerimiento de la máxima autoridad nuclear francesa y la situación el año pasado había mejorado, según el informe anual de la ASN. "Las medidas puestas en práctica para mejorar la seguridad empiezan a dar resultados sobre el terreno", dice el informe. Este destaca, por otro lado, que la mayor preocupación por la seguridad en la planta era demasiado reciente para repercutir en el correcto funcionamiento del complejo. "Las nuevas disposiciones indican una implicación real de la empresa para remediar las dificultades encontradas", aplaude para destacar que "la ASN debe velar por que esta estrategia permita que el progreso sea duradero".

"Resulta sorprendente que un centro genere tantos incidentes", señaló el ingeniero experto en energía nuclear, Carlos Casanovas. "Sin entrar a valorar si la explosión pudo haberse evitado, son instalaciones que deberían hilar muy fino porque generan un doble riesgo", avisó. "En primer lugar, para evitar contaminar al medioambiente y a la población con posibles fugas radiactivas. En segundo lugar, para evitar alarmismo sobre esta industria. Y, especialmente, en un país como Francia que se abastece en casi el 78% de energía producida por centrales nucleares", señaló. En contra de lo que ocurre en un reactor atómico, el horno que registró la explosión no manipula material físil, es decir, capaz de desencadenar una reacción nuclear. Pero trata residuos procedentes de plantas atómicas, por lo que puede emitir radiactividad de baja intensidad al exterior. Además, está situado junto al centro de producción de combustible nuclear.

"Es una planta mucho menos exigente en seguridad que una central nuclear pero pueden haber registrado un error en algún sistema", precisó Xavier Dies, catedrático de Ingeniería Nuclear de la Universitat Politécnica de Cataluña. "Pero debería exigírsele mayor seguridad", señaló. La delegación francesa de la entidad ecologista Greenpeace denunció ayer que la población no está preparada para actuar en caso de accidente nuclear. "Queremos saber si Francia está preparada para afrontar un accidente como el de Fukushima, pero no hay información", dijo una portavoz de la entidad que se desplazó hasta Marcoule.

Con información de Ferran Balsells.

Sophie Magnoni, de Greenpeace, muestra los niveles de radiactividad normales frente a la planta.
Sophie Magnoni, de Greenpeace, muestra los niveles de radiactividad normales frente a la planta.PERE DURÁN

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