Soler contagia su 'cruzada' contra el estramonio a otros alcaldes del PP
Los expertos califican de "sinsentido" intentar exterminar la planta alucinógena
El alcalde de Getafe, Juan Soler, pretende extender su cruzada contra el estramonio, una planta cuya ingesta en infusión costó la vida a dos jóvenes el fin de semana pasado, a toda la Comunidad de Madrid, aunque los expertos opinan que se trata de una tarea imposible, un sinsentido. Soler llamó ayer a sus colegas de la región a erradicar todos los ejemplares de la planta ante la "curiosidad morbosa" que pueda despertar después de que se haya estado hablando tanto estos días de sus efectos alucinógenos. "Habría una especie de epidemia de querer probarla, gente que querría experimentar con ella, por eso di la orden de que se arrancaran", dijo Soler.
El PP, el partido que gobierna en la mayoría de los municipios, recogió el guante y hoy mismo distribuirá por correo electrónico las instrucciones de Soler: identificar la planta, eliminarla y a su vez señalizar la zona para que en primavera, cuando previsiblemente vuelva a crecer, sea exterminada por completo. Bartolomé González, presidente de la Federación de Municipios de Madrid y alcalde de Alcalá de Henares, se sumó a esta vorágine antiestramonio e informará el lunes por carta de esta iniciativa a todos los ediles.
Para el alcalde de Fuenlabrada, lo único útil es una campaña educativa
No todo el mundo, sin embargo, ha acogido con el mismo entusiasmo que los populares la cruzada de Soler. Javier Grijalbo, autor del libro Vegetación y flora de Madrid, sostiene que intentar erradicar el vegetal es un "sinsentido, no se va a acabar así con la planta". Primero porque está tan extendida que se "necesitaría miles de personas para arrancar todos los ejemplares" y porque "en cualquier caso la tierra ya está llena de semillas". Explica que, por mucho que se arranquen, los arbustos "van a volver el año que viene", algo que ha reconocido Soler.
En la opinión de Grijalbo, la idea de acabar con una planta que crece por todo el sur de la Comunidad no está bien planteada y posiblemente muestra "falta de conocimiento de cómo funciona la naturaleza en realidad". Opina que sería más sensato "educar a los chavales" que emprender "una lucha que no se puede ganar".
Aunque se acabase con el estramonio seguirán existiendo muchas más plantas de la misma familia y de otras distintas pero igual de letales. "El estramonio pertenece a la familia de plantas Solanaceae, otros miembros de la cual son también alucinógenos y crecen incluso en una extensión más amplia en la Comunidad". Además, aunque de otra familia, se pueden encontrar bastantes ejemplares de la adormidera o planta de opio en terrenos que van desde Rivas-Vaciamadrid hasta Aranjuez. "La misma que se cultiva en Afganistán", revela.Los supuestos responsables de todo este revuelo creado alrededor del estramonio, una pareja de veinteañeros, fueron detenidos el pasado miércoles. Un juez de Getafe decretó ayer el ingreso en prisión eludible con una fianza de 2.000 euros para Iván Montalvo, de 23 años, como presunto responsable de la distribución gratuita de un brebaje que contenía semillas de esta planta durante una fiesta clandestina en Getafe, en la que murieron los dos chicos. Sobre él recae la imputación de dos delitos de homicidio imprudente y otro de lesiones imprudentes, sin perjuicio de que más adelante se le impute otro contra la salud pública. Sobre su novia, Cristina, pesa la misma imputación, aunque para ella el juez ha decretado libertad con la obligación de presentarse en el juzgado cada 15 días.
El chico fue detenido en Coslada, municipio del este cuyo alcalde fue el primero en recibir la llamada de Juan Soler. "He dado orden a los responsables de parques y jardines de que, ante tanta publicidad dada a esta planta, intentemos eliminarla en la medida de lo posible, aunque sea una tarea casi imposible", resume Raúl López Vaquero, quien posee nociones básicas de botánica. Cree, igual que los expertos, que, aunque esta sea eliminada, existirán muchas más del mismo tipo que producen los mismos efectos y que crecen de manera salvaje e incontrolada en las zonas rurales de la región.
La cruzada de Soler no convence en absoluto al alcalde de Fuenlabrada, Manuel Robles (PSOE), quien desde principios de semana encargó un informe a sus técnicos para evaluar la presencia de estramonio en su ciudad. ¿El resultado? "No es posible controlar esta planta que crece a su antojo. No lleva a ninguna parte intentar erradicarla. Eso no significa que no hagamos pedagogía. Lo ideal sería una campaña de concienciación a un sector de la población. Es muy complejo lo que plantea Soler", opina Robles, que considera que su homólogo debería haber realizado un estudio riguroso antes de lanzar la iniciativa.
Bartolomé González, aunque también aboga por iniciar a largo plazo una campaña para alertar del riesgo de las plantas venenosas, sale en defensa de su compañero Soler: "Lo de la campaña debe hacerse a nivel regional y estatal pero, como primer paso, la idea del alcalde de Getafe es buena y por eso el lunes se va a pedir a todos los alcaldes que sigan su ejemplo". David Pérez, alcalde de Alcorcón, se ha expresado en términos parecidos. El de Moraleja de Enmedio avanza que estudiará el caso.
El resultado es que el PP se ha embarcado en una guerra contra el estramonio por haberse producido dos muertes en uno de los municipios donde gobierna. Soler, convencido de poder ganarla, ha eliminado de su municipio 1.200 arbustos: "Hay que arrancarlas antes de que puedan ser utilizadas con fines alucinógenos". Los expertos están convencidos de que es una batalla quimérica.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.