Bank of America se suma a la nueva ola de despidos en las firmas de Wall Street

Bank of America está entrando en una dinámica en la que nadie se cree lo que dice, por mucho que sus gestores hagan ver que se mueven para recuperar la confianza de los inversores. La última acción pasa por el despido de 3.500 empleados. Se suma así a la nueva ola de recortes de plantilla en Wall Street.

Los títulos del banco se debaten estos días por mantener los siete dólares, otro motivo más de preocupación. Los recortes son, además, la evidencia de que la entidad pierde tamaño. De hecho, estos despidos, que equivalen solo al 1% de la plantilla, podrían elevarse hasta 10.000 y se suman a los 2.500 realizados en lo que va de año.

No se debe solo al lastre que sufre su cartera hipotecaria y los costes legales derivados de esos activos que heredó de Countrywide. Además, tiene un problema para acelerar los ingresos. Un mal que afecta a otros bancos, como Goldman Sachs y Bank of New York Mellon, que también anuncia despidos.

En una nota interna, Brian Moynihan, su consejero delegado, sigue diciendo que el banco estará a la altura del reto. Bank of America sigue siendo el más grande de EE UU por volumen de depósitos. Pero va detrás de sus pares en cuanto al cumplimiento de los requisitos de capital, una situación que no se resolverá hasta al menos 2013, como señalan los analistas.

Esto le coloca en una posición más vulnerable en un eventual escenario de recaída en la recesión. Para reforzar ese colchón, esta semana anunció la venta de su negocio internacional de tarjetas de crédito. Además, explora la salida del China Commercial Bank y negocia con Blackstone la venta de inversiones inmobiliarias de Merrill Lynch.