Una serie de atentados causa decenas de muertos en 15 ciudades iraquíes
La ofensiva se produce en pleno debate sobre la permanencia de las tropas de EE UU
Una cadena de atentados dejó ayer al menos 70 muertos y dos centenares de heridos en una quincena de ciudades iraquíes. Las explosiones, al parecer coordinadas, convirtieron la jornada en la más sangrienta del año y subrayan la precariedad de la situación en Irak a cuatro meses de que EE UU complete la retirada de sus tropas. Todos los portavoces iraquíes responsabilizaron a Al Qaeda, a quien acusan de querer desestabilizar al Gobierno justo cuando negocia con Washington la permanencia de un pequeño contingente militar para entrenamiento de las fuerzas locales.
El más grave de los atentados tuvo lugar en Kut, una ciudad de 400.000 habitantes mayoritariamente chiíes y situada a unos 150 kilómetros al sureste de Bagdad. El estallido casi simultáneo de un artefacto explosivo y un coche bomba junto a un mercado mató a 40 personas e hirió a otras 70, según fuentes médicas y policiales citadas por las agencias de prensa. La televisión mostró las fachadas destruidas de los edificios afectados, mientras los servicios de emergencia buscaban restos humanos entre los escombros. Las imágenes recordaban la violencia sectaria de los años 2006 y 2007, cuando Irak se asomó al abismo de la guerra civil.
El Gobierno cree que Al Qaeda quiere minar la confianza en el Ejército
Desde entonces la seguridad había mejorado hasta el punto de que el año pasado el país parecía encaminado hacia la normalidad. La propia Kut era un ejemplo. El último atentado ocurrió hace 12 meses. Sin embargo, a medida que se aproxima la fecha fijada para la retirada de las tropas estadounidenses que ocuparon Irak tras derrocar a Sadam Husein en 2003, diversos grupos insurgentes tratan de capitalizar la situación. Con Bagdad y Washington negociando la posible permanencia de asesores militares para formar a las fuerzas iraquíes, quieren dejar clara su oposición.
"Estos atentados tratan de influir en la situación y de minar la confianza en las fuerzas de seguridad", declaró el general Qasim al Musawi, un portavoz militar iraquí citado por Reuters. Al Musawi, como otros responsables, acusó a grupos afiliados con Al Qaeda de la matanza de ayer.
El Estado Islámico de Irak, como se denomina la rama local de Al Qaeda, ha quedado debilitado por la sucesiva pérdida de sus cabecillas (Al Zarqawi, Al Bagdadi, etcétera). Sin embargo, tanto esos extremistas suníes como las milicias radicales chiíes han demostrado que aún tienen capacidad de provocar el terror.
La forma de actuar ayer es la mejor prueba. Apenas se había conocido el doble atentado de Kut, cuando empezaron a llegar noticias de acciones similares en otras ciudades. En Nayaf, también al sur de la capital iraquí, dos coches bomba hicieron explosión en un intervalo de 10 minutos frente a un puesto de policía, dejando al menos siete muertos y 60 heridos, en su mayoría agentes del orden. En la vecina Kerbala, un poco más al norte, cuatro personas murieron y 40 resultaron heridas al estallar un coche bomba junto a una comisaría.
Los atentados no se limitaron a las zonas chiíes. También en Tikrit, la ciudad natal de Sadam Husein, al norte de Bagdad, dos suicidas se reventaron ante la sede del departamento antiterrorista. Los atacantes, vestidos de policías y provistos de falsas identificaciones, lograron matar a tres agentes y herir a otras siete personas. Según fuentes policiales, trataban de liberar a varios miembros de Al Qaeda detenidos allí.
También hubo atentados en Taji, Kirkuk, Ramadi, Iskandariya, Mosul, Balad e incluso Bagdad. Pero en ningún sitio fue más patente el alcance de la violencia que en Diyala. La provincia sufrió siete explosiones en diferentes localidades a lo largo de la mañana.
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