Queda Bollywood, no París
Que no nos quieran en Europa -la última zancadilla ha sido francamente ruin: un ataque al chocolate con churros y al infernal café fuerte de las mañanas en Der Spiegel- es la puntilla a nuestros males. Los españoles, cuya militancia europeísta ha despertado una pasión propia de los amores otoñales, están tragando la crisis sin masticar y, con ella, sorbos de quina: el desaire de los hermanos mayores que viven pasados los Pirineos. Ya no nos quedan París ni Berlín, más preocupados por salvar sus propios muebles que por apuntalar en firme la casa europea. Pues bien, respiren. No todo son Bolsas en el abismo, recortes sociales y derrotismo político. En algún lugar del mundo arrasamos. Aunque sea con lo de siempre: lunares y guitarra.
María del Mar Fernández, cantaora gaditana, es la autora de la canción del verano en India: Señorita, uno de los siete temas de Zindagi na milegi dobara (Solo se vive una vez), una superproducción de Bollywood. El filme es una suerte de Resacón en Las Vegas, aligerado de las delirantes salvajadas del guion de Todd Phillips. Después de comprometerse, Kabir decide despedir su soltería con un viaje con sus dos mejores amigos del colegio, Imraan y Arjun. ¿Destino? España. Los tres amigos se sumergen en el habitual mar de tópicos festivos y veraniegos. Entre tomatazos, toros, flamenco y Gaudí, encuentran el sentido de la vida y una chica de ensueño.
El colofón es puro Bollywood coreográfico, con los tres galanes indios contoneándose al ritmo de Señorita, cantada en hindi y español. El videoclip se rodó en Alájar, minúsculo pueblo del Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche (Huelva) con más robles que habitantes. Casi la mitad de la población -incluida su alcaldesa de entonces- baila tras los divos de Bollywood una suerte de danza local (de Calcuta) vestidos con los volantes locales (de Alájar). En India arrasa.
La película, una de las más taquilleras del año, ha puesto de moda a España. En las radios suena María del Mar Fernández, que recibió mil euros por su trabajo, y en los móviles se puede jugar a la Tomatina de Buñol. Nota de producción: la película cuenta con el patrocinio de Turespaña. No van descaminados. Los turistas del futuro vendrán de países emergentes como China e India.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Pokrovsk y Kupiansk, las batallas en las que Ucrania se juega más que dos ciudades
Un tiroteo masivo en Brown, un físico nuclear y la pista de Reddit: fuga y captura de Claudio Neves Valente
La generación que fue víctima de la dictadura de Pinochet, desolada ante el triunfo de Kast en Chile
El riesgo de los fondos rusos congelados en la UE: una espada de Damocles que Bélgica se negó a asumir
Lo más visto
- Uno de los promotores de la señal V-16 de tráfico: “Es duro oír el testimonio de víctimas que han sufrido amputaciones al poner los triángulos”
- Más de 40 congresistas demócratas piden por carta a Trump que cese en sus “intentos de socavar la democracia en Brasil”
- Cae una organización que enviaba camiones cargados de cocaína desde Marbella hasta varios países europeos
- La policía registra varios domicilios y las oficinas de la ministra francesa Rachida Dati por otro presunto caso de corrupción
- Manuel Castells, sociólogo: “El mundo está en un proceso de autodestrucción”




























































