Delincuencia desorganizada
Los expertos rebajan el papel que Cameron atribuye a las bandas criminales en la preparación de los disturbios
David Cameron las situó en el corazón de los disturbios, en su organización y ejecución. Fueron las bandas. Así lo defendió el primer ministro británico ante los Comunes poco antes de anunciar el fichaje de William Bratton, experto policial que ganó el pulso al vandalismo en Nueva York y Los Ángeles. La ministra de Interior británica, Theresa May, también ante el Parlamento y tras consultar a los jefes policiales, defendió que "los autores" de las revueltas, la mayoría, fueron "miembros conocidos de las bandas". A ellas, según May, pertenece un 6% de los jóvenes británicos.
Los expertos en este tipo de organizaciones no comparten, sin embargo, este primer análisis. El equipo de la Universidad de Manchester formado por Juanjo Medina, Judith Aldridge y Robert Ralphs advierte de que señalar a las bandas como organizadoras del estallido permite al Gobierno contar con una "cabeza de turco" y "justificar" así duras sanciones pese a no tener "evidencias". Subrayan además que "participar en la actividad caótica y oportunista" del pillaje es "muy distinto a organizar" los disturbios. Es más, "en caso de que los episodios violentos hayan sido organizados por algunos individuos muy influentes y conectados, los jóvenes de las bandas no pueden haber realizado este tipo de tarea". "Organizar un disturbio", sostienen, "requiere contactos e influencias que sobrepasan a barrios y bandas". Admiten, por el contrario, que miembros de estos grupos hayan podido participar en los disturbios debido a que son muy comunes en las áreas más deprimidas de Reino Unido.
Más que provocarlo, los pandilleros se aprovecharon del caos reinante
Ross Deuchar, profesor en la Universidad del Oeste de Escocia, identifica, sin embargo, la presencia de las bandas porque la violencia estaba "muy organizada" para ser solo obra de individuos espontáneos. Deuchar cree que los disturbios comenzaron por una "cuestión racial", pero "las bandas se aprovecharon de la oportunidad" de poder participar en los saqueos. "Son un problema, sobre todo, en ciudades grandes como Londres, Manchester y Birmingham", explica. Deuchar aclara, no obstante, que no todos los que tomaron las calles pertenecían a una banda.
Jon Pickering, de la Universidad de Glasgow y experto también en este tipo de grupos, critica los clichés utilizados por políticos y medios. "Al contrario de lo que se piensa, las bandas no tienen una jerarquía clara, ni un líder indiscutible. Las familias desestructuradas tampoco son un factor determinante", afirma. "El problema de base", prosigue, "es otro". "Las altas tasas de desempleo, la pobreza y la falta de oportunidades son los asuntos que se deberían debatir. Hay que buscar las razones sociales y por qué acaban banalizando la violencia", añade.
Pickering advierte también de que los jóvenes que participan en grupos criminales son una minoría. "Los medios deben ser más responsables a la hora de informar. No todos los chicos que se reúnen en las calles son criminales, hay tendencia a demonizarlos".
Sí lo fue Elijah Kerr, expandillero de una de las bandas más temidas de Londres (PDC), transformada hoy en una organización de ayuda a los jóvenes. "Los que están involucrados son solo unos niños en bici", manifestó en una entrevista concedida a Reuters. "Solo niños, no son gángsteres", continuó tras mofarse de las explicaciones de Cameron. "¿Bandas? ¿Quién te contó eso?".
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