Los indignados de Rouco
Laicos e iglesias de base lamentan que el Gobierno financie con decenas de millones de euros la próxima visita de Benedicto XVI a Madrid en viaje pastoral. Redes cristianas, un foro de curas y decenas de organizaciones políticas, sindicales y sociales expresan su disgusto por los fastos de la Jornada Mundial de la Juventud
Entusiasmo y orgullo sin límites; enfado y desencanto crecientes. Estas son las principales sensaciones del catolicismo ante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), convocada por el Vaticano en Madrid para los días 16 a 21 del próximo agosto. También crece la indignación entre sectores laicistas, religiosamente indiferentes y ateos, por la generosa complicidad, sobre todo económica, de las autoridades civiles y de poderosos grupos empresariales en el espectacular evento orquestado por el cardenal Antonio María Rouco para recibir a Benedicto XVI. Tampoco faltan voces críticas entre eclesiásticos, teólogos e intelectuales de toda condición. Según los organizadores de la JMJ, esos días acudirán a Madrid dos millones de jóvenes de 170 países.
Redes Cristianas: "La visita de un seguidor de Jesús debería ser sencilla y humilde, no una muestra de poder"
El Gobierno ha declarado el acto "acontecimiento de excepcional interés público", lo que permite desgravar las donaciones
"Así no queremos que vengas", le dicen a Benedicto XVI los católicos agrupados en Redes Cristianas y el Foro de Curas. "De mis impuestos, al Papa cero", proclama el eslogan pactado por Europa Laica con cientos de iglesias de base y medio centenar de organizaciones políticas, sindicales y sociales. Según sus cuentas, la JMJ costará unos 100 millones de euros (los organizadores hablan de la mitad), muchos de los cuales saldrán de las arcas del Estado. Contra eso se manifestarán en Madrid nada más empezar la jornada juvenil (la convocatoria es para el día 17).
"No a la visita del Papa financiada con el dinero de todos; separación del poder civil de las religiones; defensa de los derechos democráticos frente a la injerencia confesional y por un Estado laico", reza el cartel de la convocatoria. El Gobierno garantizó el jueves pasado el pacífico desarrollo de las jornadas católicas, con 10.000 policías encargados de evitar "incidentes" entre los peregrinos de la JMJ y los "indignados". Lo hizo por boca de su delegada en Madrid, Dolores Carrión. "Tengan la seguridad de que no habrá ninguna interferencia de lo poco que queda en Sol (en referencia a los indignados del 15-M acampados en la Puerta del Sol), ni con ninguna otra concentración, derecho de manifestación, acampada o como quieran llamarlo", dijo. Más radical, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha reclamado que la Delegación de Gobierno prohíba la que calificó como "manifestación antipapa".
El apoyo del Gobierno socialista a la JMJ y a la visita del Papa es total, sin escatimar medios o alabanzas. También lo es el de otras muchas Administraciones públicas, sobre todo las gobernadas por el PP. Es otro de los aspectos que indigna a los que se oponen a la visita papal. Pese a que la JMJ se desarrolla solo en Madrid, algunos alcaldes están financiando la estancia de jóvenes en otras ciudades, dentro de un programa minuciosamente planificado por los organizadores. Entre otros Ayuntamientos lo ha hecho el de Oviedo, con la disculpa de la visita de 3.000 peregrinos a la catedral de San Salvador, según el Gobierno local.
El Arzobispado de Oviedo había preparado un programa religioso, cultural y festivo para los días previos a la JMJ, el 14 y 15 de agosto, y acudió al Ayuntamiento en busca de apoyo. Sin problemas. La Sociedad Ovetense de Festejos (SOF) habilitó inmediatamente 38.700 euros para satisfacer al arzobispo. Lo hizo con los votos del PP y Foro Asturias, y la irritación de la oposición. El concejal de Izquierda Unida Emilio Huerta cuestiona incluso la legalidad de la aportación. "Vulnera el principio de neutralidad de las administraciones públicas respecto al fenómeno religioso", dice. Aporta tres razones: que la actividad no tiene nada que ver con los fines de la SOF; que se trata de una "subvención encubierta" a una entidad particular y no se ha hecho concurso público; y que "la implicación municipal en la financiación del evento religioso se aparta claramente de esos principios de laicidad y neutralidad". El programa de actividades de los jóvenes peregrinos en Oviedo se centra en la noche del día 14, con una vigilia, y una Eucaristía el día 15. Además, está prevista una espicha (fiesta asturiana para beber sidra) con bollos preñados y otras bebidas, con un coste de 6.000 euros.
Europa Laica, que lidera el exdiputado Francisco Delgado, había previsto este tipo de gastos y gestos colaterales y preparó un modelo de "moción de urgencia" para combatirlos, aportando a los concejales firmantes no solo el argumento económico, sino tesis contra "el protocolo de Estado" que se le va a ofrecer al Papa pese a venir a Madrid solo en visita pastoral, y contra las "previsibles injerencias del pontífice romano en temas de Estado que afectan a la convivencia democrática en materia de salud e incluso de orden público".
Los indignados con la JMJ se enfrentan a una organización extraordinaria, coordinada por Yago de la Cierva como director general y portavoz. Si nada se tuerce, Benedicto XVI disfrutará este agosto de la mejor y más concurrida jornada juvenil desde que Juan Pablo II puso en marcha este tipo de convocatorias el Domingo de Ramos de 1984. La de Madrid será la vigésima jornada. Además del apoyo casi general de las principales organizaciones del catolicismo, desde los jesuitas y salesianos a los nuevos movimientos (Opus Dei, Legionarios de Cristo, los Kikos, etcétera), el cardenal Rouco ha logrado el respaldo del Gobierno, de los grandes empresarios y de medio centenar de embajadores de otros tantos países. También se ha granjeado la complicidad de sectores sociales de gran atractivo. Por ejemplo, estrellas de fútbol ya retiradas (Fernando Hierro, Butragueño, Futre...) jugarán un partido para la JMJ, la selección de baloncesto regalará entradas para uno de sus partidos preparatorios del mundial, la ONCE sorteará un cupón especial con la imagen del Papa y Correos ha emitido un sello conmemorativo con el emblema de la JMJ.
Entre las implicaciones del Estado con la JMJ destaca la extravagante presencia en Madrid de una compañía de la Legión, con banda de música y escuadra (150 militares), para desfilar junto al Papa en un viacrucis con estaciones entre la plaza de Cibeles y la de Colón. El traslado de esa unidad militar en agosto ha obligado a reorganizar los turnos de vacaciones en el Tercio Alejandro Farnesio, de Ronda (Málaga). Los participantes en el desfile de la vía dolorosa serán voluntarios, según el Ministerio de Defensa. No es su única contribución. También cede el aeródromo de Cuatro Vientos, a las afueras de Madrid, donde Benedicto XVI celebrará una misa el domingo 21. Cientos de miles de jóvenes habrán dormido allí la noche anterior en un campamento preparado al efecto.
En definitiva, Benedicto XVI viene en loor de multitudes y será tratado con una parafernalia imponente, digna de un emperador. Pero viaja en visita pastoral, como representante del nazareno Jesús que entró en Jerusalén hace algo más de 2.000 años, también un Domingo de Ramos, a lomos de un borrico y arropado por los más pobres del lugar. Aquella exhibición de devotos excitó la ira del poder religioso y político del momento, que maquinó inmediatamente la muerte en la cruz del fundador cristiano. Ahora, el pontífice católico será tratado en España, constitucionalmente aconfesional, como líder religioso y jefe de Estado, recibido por el Rey y agasajado por el presidente del Gobierno.
Este aspecto es uno de los motivos de irritación de los indignados. "Así no queremos que vengas", dice el manifiesto de Redes Cristianas, que aglutina a 147 colectivos católicos de base. Molestos con la imagen que se transmite de un Papa como "monarca absoluto y rodeado de ricos y de lujos", preferirían que el dinero de la JMJ se dedicase a obras sociales, transmitiendo "la realidad de una Iglesia cercana a los más necesitados". Redes Cristianas subraya, en contraste, que la organización y financiación de la JMJ corre a cargo de la Fundación Madrid Vivo, cuyos principales patronos, presididos por el cardenal Rouco, son Emilio Botín (Banco Santander), Salvador Santos Campano (Cámara de Comercio de Madrid) y César Alierta (presidente de Telefónica).
El medio centenar de empresarios donantes desgravan hasta el 80% de lo aportado al haber sido declarada la JMJ por el Gobierno "acontecimiento de excepcional interés público" en la Ley de Presupuestos Generales del Estado de 2011. "Este gesto supone un insulto para el trabajador en general, y especialmente para los desempleados. La visita que desearíamos de un seguidor de Jesús cualificado como es Benedicto XVI debería ser siempre desde la sencillez y la humildad y nunca desde la ostentación y el poder", sentencia Redes Cristianas.
También el Foro de Curas execra de la parafernalia de la JMJ y de la visita papal. "En esas condiciones, no. Así no queremos que venga", subraya Evaristo Villar, de la Asociación de Teólogos Juan XXIII y uno de los portavoces de los 170 sacerdotes de las parroquias más pobres de la diócesis. Critica sobre todo el exhibicionismo económico de los organizadores. Benedicto XVI ya recibió el invierno pasado a algunos de los empresarios que financian la JMJ. Entonces, una de las revistas católicas de mayor prestigio, Vida Nueva, informó de la entrevista con una fotografía cuyo pie decía: "La foto del Ibex". El Papa los volverá a recibir durante su estancia en la capital de España.
"Muchas de esas empresas forman parte de lo que la prensa llama los mercados, o son sus propagandistas ideológicos. ¿Cuáles son los valores y la espiritualidad que están promocionando esas empresas, estos mercados?", se pregunta el Foro de Curas. Se refiere al objetivo que el Papa se ha marcado en su visita: que los jóvenes "puedan vivir la experiencia del amor de Jesús".
El Foro de Curas echa de menos "cauces adecuados para la pastoral juvenil". "Muchos jóvenes nos ven desfasados, apegados a los privilegios del dinero y del poder y sin respuesta para sus vidas. Como miembros de la sociedad en que vivimos y curas en la Iglesia a la que pertenecemos, nos preguntamos ¿por qué no estamos siendo capaces de motivar a los jóvenes para participar en el movimiento de Jesús?".
Lamenta el Foro de Curas, además, la facilidad con que los poderes públicos han encontrado dinero para financiar este acontecimiento, "frente a tantos recortes en derechos sociales como se exigen a los ciudadanos". "No estamos en desacuerdo con la JMJ, sino con cómo se hace, cómo se ha organizado y cómo se están financiando los fastos", denuncian Rafael Rojo y Eubilio Rodríguez, sacerdotes de Usera, la Cañada Real y Canillejas, y autores de un texto en el que detallan sus críticas, emitido con el título de Los mecenas de Rouco.
Apoteosis bajo un árbol artificial que 'lloverá' agua micronizada
El principal escenario de la JMJ, en Cuatro Vientos, mostrará a un Papa como caído del cielo, con todo su poder y esplendor. Allí oficiará Benedicto XVI una misa, arropado por los Reyes, los obispos y los cardenales, en un espacio imponente, diseñado por el arquitecto Ignacio Vicens. Será el domingo 21, apoteosis de las jornadas, sobre una plataforma de 200 metros de longitud y 24 de profundidad. Un árbol artificial hará de sombrilla y lloverá agua micronizada para bajar tres grados la temperatura y dar humedad al ferragosto.
Cinco colinas de diferentes alturas evocarán
el Sermón de la Montaña. El Papa ocupará la más alta.
Frente a esa exuberancia escénica, los indignados echan de menos "la Iglesia vestida solamente de Evangelio y sandalia" (obispo Pere Casaldáliga), en la que "no sea Jefe de Estado ni santísimo padre que recibe toda clase de honores y poco menos que divinizado, sino simplemente siervo de los siervos de Dios, con quien sea posible un diálogo fraterno y abierto". El teólogo José María Castillo, exjesuita y doctor honoris causa por la Universidad de Granada -único teólogo español distinguido con ese honor por una Universidad estatal- va más lejos criticando, con la historia de la Iglesia en la mano, que el obispo de Roma tenga "el derecho de convocar concentraciones mundiales". "¿Es que él es el obispo del mundo entero?". Sobre las JMJ, Castillo dice: "Comprendo a quienes ven en este evento un medio para revitalizar la fe de muchas personas que, en este tipo de actos, se afianzan en sus creencias o las difunden a otros que dudan. Lo que no veo es que la JMJ se pueda utilizar para hacer turismo o -lo que no me atrevo a pensar- que haya quien utilice al vicario de Cristo para trepar, tener más fama, ganar dinero o cosas de esas. ¿Habrá quien pueda llegar a semejantes desvergüenzas? ¡Por respeto a Dios, que nadie haga eso, ni dé pie a que se puedan pensar cosas tan deshonestas! Estas deshonestidades -unas veces, sospechadas y, en ocasiones, claramente comprobadas- son las que explican el descontento de los indignados".
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