La falta de acuerdo en EE UU y las dudas sobre Grecia avivan la tormenta
Alemania quiere quitar soberanía a los países que reciban ayudas y rechaza dar carta blanca al fondo de rescate - El riesgo país italiano se acerca al de España
Cuando Europa despertó, el mercado todavía estaba ahí. La cumbre europea de la semana pasada supuso un cambio de rumbo (ayudas más baratas y un fondo de rescate capaz de comprar deuda pública en el mercado abierto) que probablemente permita a Grecia esquivar el accidente al que parecía abocada. Pero Europa ha perdido 20 meses, el problema es ya demasiado grande y a estas alturas la solución es insuficiente si el incendio alcanza a Italia y España. Sobre todo si las balas silban por todas partes: la falta de acuerdo en EE UU deja al Gobierno de Obama al borde de la suspensión de pagos, y a este lado del Atlántico Alemania vuelve por donde solía. Su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, lanzó ayer un doble mensaje: Berlín no dará carta blanca a las compras de bonos por parte del fondo de rescate (lo que resta credibilidad a la solución técnica alcanzada), y los países que necesiten ayuda deberán ceder soberanía a la UE (y eso anticipa problemas políticos).
El FMI amaga ahora con reducir su participación en la ayuda a Atenas
Pasado ya el ensueño de la cumbre, los mercados llevan varios días castigando, y ayer el revés llegó tanto a la Bolsa (caídas superiores al 1% en toda Europa y del 1,5% en Wall Street, lideradas por la banca) como al mercado de deuda, donde Italia sufrió de lo lindo y elevó su prima de riesgo casi a la altura de la española. España e Italia pagan cerca del 6% por sus bonos a 10 años. Alemania, menos del 3%. La diferencia (el llamado riesgo país) tiene a Europa en ascuas: ambas economías suman en torno al 40% del PIB de la eurozona, una cifra que las hace demasiado grandes para caer y para ser rescatadas.
La fragilidad del acuerdo europeo puede medirse por los mensajes de los líderes políticos a sus respectivas ciudadanías. A un lado, el primer ministro de Grecia, Yorgos Papandreu, aseguró que el nuevo fondo de rescate, con ayudas a tipos de interés del 3,5% -solo algo por encima de lo que paga Alemania- "es equivalente a introducir los eurobonos", en lo que supone "una decisión histórica". Al otro, Alemania: "Un Estado que reciba ayudas debe devolver a la UE su renuncia a parte de su soberanía", dijo Schäuble en unas declaraciones destinadas al consumo interno, con la popularidad de la canciller Angela Merkel en horas muy bajas.
Los frentes abiertos son múltiples y esa guerra de guerrillas entre países rescatadores y países rescatados no ayuda. La agencia S&P volvió a degradar la nota de solvencia de Grecia para dejarla al borde de la suspensión de pagos y reiteró que la participación del sector privado en la reestructuración de deuda equivale a un impago selectivo. El Eurogrupo sigue sin cerrar la cuantía del rescate a Atenas -los 109.000 millones pactados son solo una cifra "estimada", dijo un alto funcionario europeo- y el FMI añadió incertidumbre al amagar con reducir su parte en la ayuda a Grecia, según el Wall Street Journal. ¿Y España? Los beneficios del primer banco español, el Santander -cuyo crédito en España cae el 7%- se redujeron el 21% en el trimestre, las comunidades amenazan con incumplir el objetivo de déficit, la prima de riesgo sigue por las nubes. "La presión está lejos de ceder. Por los problemas de EE UU, por el inoportuno debate que vuelve a reabrir Alemania, por toda la incertidumbre que vuelve a estar sobre la mesa", indicó José Carlos Díez, de Intermoney. El mercado sigue ahí, al acecho.
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