Una cuestión de segundos, finalmente

Desde el primer día, Cadel Evans sabía que si ganaba el Tour sería por una cuestión de segundos, nada más. Por eso fue capaz de convertir en un prólogo los últimos tres kilómetros de la etapa de Gap, para sacar tres segundos a Contador; por eso compuso un equipo BMC de rodadores y consiguió no perder ni un segundo con el Leopard de los Schleck en la contrarreloj por equipos; por eso, en los primeros días, en todos aquellos repechos que parecían simples alicientes para no convertir los finales en aburridos sprints de Cavendish, Evans, laborioso, hormiguita, fue acumulando segundos, tres ya el primer día en la subida de las alondras, seis más con el pequeño Schleck en el Muro de Bretaña...

El australiano ya quedó segundo en 2007 tras Contador y en 2008 tras Sastre

"Estoy confiado aunque no conozco el recorrido, no lo inspeccioné", dice Andy

Que los segundos son importantes para un ciclista como él, un resistente que nunca conseguirá ganar minutos con un ataque a lo Contador o a lo Andy, y que lo fiará todo a la contrarreloj larga, donde se siente seguro, lo sabe el australiano por experiencia, pues los dos Tours en los que ha acabado segundo justamente, y en ambos por detrás de un ciclista español -en 2007 tras el primer Contador, en 2008 tras Sastre- no ganó el Tour por segundos, pues pese a sacar ventaja a ambos en la contrarreloj final no lo hizo por el suficiente margen. En 2007 se quedó a 23s de Contador, en 2008 a 58s del sorprendente Sastre.

También lo sabe Evans, un estudioso, otra de sus fuerzas, porque un simple repaso a los últimos Tours, a los disputados después de la retirada de Armstrong, deja patente la igualdad con que se han disputado. Sin ir más lejos, el año pasado solo 39s separaron a Contador, que sufrió como nunca en la contrarreloj final, de Andy. No necesita pues alejarse a los libros de los récords, en los que aún permanecen, inamovibles, los 8s finales con que LeMond le ganó a Fignon, que partió de amarillo en la última contrarreloj, el Tour de 1989.

Si para Evans, pues, no es nueva la situación que vivirá hoy en Grenoble -42,5 kilómetros muy complicados, como ya descubrió el australiano en la pasada Dauphiné, en la que se siguió el mismo recorrido: comienzo con dos buenos repechos separados por un terreno de falsos llanos en los que puede hacer valer su potencia de rodador; final de descenso muy técnico, muchas curvas enlazadas, de esos que tanto pavor causan a los Schleck-, para Andy, tan cerca el 2010, tampoco. Andy aventaja a Evans en 57s. Uno de los dos acabará con su mala experiencia, pues no parece probable que Frank, intercalado entre ambos, con 4s solo sobre Evans, es el peor contrarrelojista de los tres, aunque en una contrarreloj este año, la del Critérium Internacional que ganó, se hizo famoso el hermano mayor cuando se descubrió que debajo del maillot llevaba una bolsa de agua vacía e hinchada con aire, una Camelbak, para ganar en aerodinamismo.

"Por lo menos este año partiré el último, de amarillo", dice Andy, que el año pasado cedió antes el maillot a Contador. "Estoy confiado aunque no conozco el recorrido, no lo he inspeccionado antes y no disputé la Dauphiné. Me han dicho que me irá bien y eso me parece por lo que he visto en vídeo". Evans sí que disputó la Dauphiné. Terminó la contrarreloj a 1m 20s de Tony Martin, el favorito para la victoria parcial hoy -hábilmente el alemán se dejó caer a la grupetta en el primer puerto, el Télégraphe para reservar fuerzas- en dura pugna con Cancellara y con el gran noruego Boasson Hagen, quien en la Dauphiné fue tercero a 37s de Martin.