Y Samuel de lunares
El corredor del Euskaltel, primer rey de la montaña español desde Perurena en 1974
Después de subir a su rueda al jovencito Pierre Rolland hasta la altura de Alberto Contador, para que en los últimos kilómetros dejara a ambos españoles con un par de narices -"lo confieso", dijo el francés, "me he aprovechado de Sánchez". "Lo siento", dijo el asturiano, "ha sido más inteligente el francés". "Le ha llevado Samu a rueda y nos ha atacado", dijo Contador, "era obvio que iba a hacerlo"-, Samuel Sánchez subió al podio feliz para vestirse de lunares.
Su segundo puesto en la cima del Alpe d'Huez y el noveno de Andy, el único que le podía ganar, significaban que se convertía en el rey de la montaña virtual, pues en las dos etapas que quedan de Tour nada puntúa, ni una tachuela. La tierra de Fermín Trueba, el primer rey de la montaña de la historia del Tour (el trofeo se creó en 1933), Loroño, Federico, Julio Jiménez, tantos monarcas, recupera un reinado que antes se daba por descontado y que no caía por España desde que un sprinter, para más inri Txomin Perurena, lo consiguiera en 1974. Se repara así, quizás, una anomalía histórica, lo que, tristemente, huele también a trofeo de consolación, pues desde entonces, desde los tiempos de Perurena, en los últimos 37 años, frente a cero reinados de la montaña, el ciclismo español, que dejó ese premio para los Virenques y Van Impes de turno y se dedicó a la general, ha conseguido 10 victorias finales. Eso no impedirá que Samuel, un sentimental en el fondo, se emocione mañana en los Campos Elíseos con su maillot tan bonito, de topos rojos. "Alguna lágrima caerá", dijo el asturiano.
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