Cuando Messi se viste de Xavi
La Pulga lleva 15 partidos sin marcar con Argentina, pero destaca como pasador en la victoria de la albiceleste ante Costa Rica
Messi piensa que lo verdaderamente difícil de hacer en un campo de fútbol es lo que hacen Xavi e Iniesta. O eso dijo al menos antes de ganarle a Estudiantes de la Plata el Mundial de clubes de 2009 en Abu Dabi. Tal vez puede que no lo sepa, pero da la sensación de que a Messi la selección de Argentina le ha exigido tanto que ha aprendido a hacer lo suyo y lo de Xavi e Iniesta en el mismo partido. Lo hizo otra vez en Córdoba, en el decisivo partido que Argentina ganó a Costa Rica (3-0) y que selló el pase albiceleste a cuartos.
Messi no marcó. Lo hicieron Agüero (dos tantos) y Di María, pero se pasó el partido repartiendo caramelos, como si fuera un centrocampista en lugar de un delantero. Se supera ante la exigencia que le empuja a tomar más decisiones, asumir más responsabilidades que en el Barça, si cabe.
El barcelonista dio dos asistencias ante Costa Rica para sellar el pase a cuartos
"¡No les pido 28 toques como el Barcelona, solo les pido tres!", bramó el Tano Pasman sentado en su sillón orejero mientras River perdía 2-0 en Belgrano, Córdoba, y enfilaba el camino a la serie B. El señor Pasman se ha convertido en un símbolo del hincha argentino que ha sufrido el desarraigo del fútbol en sus carnes. Para él, la caída ha terminado en el descenso de River y un vídeo casero grabado por su hijo le ha convertido en célebre. Son muchos los Pasman que disfrutaron ayer, sentados ante la tele, de la elaboración del gol de Di María. Fueron 32 pases para terminar con una asistencia de La Pulga a la llegada del extremo madridista, el mejor gol de Argentina en mucho tiempo.
En los últimos 15 partidos con Argentina, Messi no ha marcado ni un gol. Sabe el barcelonista que su equipo le necesita como Messi, pero él parece intuir que el terreno de juego le reclama como algo más. A Messi se le juzga por cómo mira, por cómo saluda, por si ríe, por si no ríe, por si muerde la cucharilla del café, y además, por no cantar el himno se recela de su patriotismo. Todo por televisión, 24 horas al día. La calle no, la calle le entiende como una suerte. La calle está llena de tipos como Pasman. "Perdónales, Messi, no saben lo que dicen", se leía en un trapo en la grada del estadio Mario Alberto Kempes. "Agradezco el cariño a la afición de Córdoba, lo necesitaba", contó Leo al término del partido.
Messi se encontró a sí mismo en el último pase al Kun Agüero, en las asistencias a Di María y también a Higuaín, porque se le ofrecieron al pase como él mismo se ofrece a Xavi o a Iniesta. Messi no marcó, pero sacó de esquina, las faltas, recuperó balones... Argentina remató 17 veces y dio 707 pases correctos. Messi siempre da más. Ahora, Argentina espera rival en cuartos, El Tano estará contento de ver cómo se la pasan y Messi sonríe.
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