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La última remodelación del presidente

Zapatero compone otro equipo muy continuista para volcarse en la crisis

Blanco como portavoz y Camacho en Interior son las novedades mínimas de un Ejecutivo que tendrá como misión central lograr la estabilidad financiera

Luis R. Aizpeolea

Lograr la estabilidad financiera de España se ha convertido en el principal objetivo y sentido de los últimos meses del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. El presidente procedió ayer a la remodelación, mínima, de su Gabinete, para cubrir la triple vacante -vicepresidencia primera, portavocía y Ministerio del Interior- dejada por su número dos, Alfredo Pérez Rubalcaba, tras ser proclamado el sábado candidato socialista a la Presidencia del Gobierno.

Los tiempos no están para virguerías ni experimentos. Prueba de ello es que Zapatero, en su comparecencia de 13 minutos en La Moncloa para informar de su mini remodelación, dedicó casi más tiempo a fijar posiciones ante las graves tensiones financieras de la jornada de ayer. "Necesitamos una respuesta europea (a la crisis financiera) de la zona euro, que necesita una clarificación rápida, precisa", dijo un Zapatero visiblemente preocupado tras conocer que la deuda soberana española alcanzaba otra vez récords históricos.

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Como los tiempos no están para sorpresas, lo que ha predominado en este ajuste de Zapatero, forzado por la salida de Rubalcaba, y a pocos meses de la convocatoria electoral, ha sido la continuidad. Para el presidente ha sido todo tan sencillo y previsible que el miércoles, antes incluso de que Rubalcaba anunciara que abandonaba el Gobierno -lo hizo el viernes, tras el Consejo de Ministros-, ya se lo había comunicado al Rey en un despacho en La Zarzuela.

En esa línea de continuidad, para ministro del Interior, Zapatero ha nombrado al secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, el número dos del ministerio durante estos más de siete años de Gobierno socialista. Primero, con José Antonio Alonso (abril de 2004-abril de 2006) y luego, con el propio Rubalcaba.

Zapatero dejó clara, en su comparecencia, su pretensión de continuidad al destacar el conocimiento del ministerio por Camacho y su contribución en los éxitos del Gobierno en la política antiterrorista, que ha dejado a ETA en fase terminal.

También es puro continuismo el nombramiento del vicesecretario general del PSOE, José Blanco, como portavoz del Gobierno. Zapatero ya había introducido a Blanco en el Gobierno, como ministro de Fomento el 7 de abril de 2009, y su designación, ayer, como portavoz, no ha sorprendido especialmente.

Blanco pondrá la cara del Gobierno en un momento difícil como son los meses previos a unas elecciones, con unas altísimas cifras de paro y con la estabilidad financiera sin asegurar. Zapatero lo ha elegido porque "conoce bien la acción global que el Gobierno está llevando adelante" y porque tiene en él "una confianza muy directa, muy trabada durante mucho tiempo y que facilita, sin duda alguna, la tarea de portavoz".

Con Blanco, el tercer hombre de Zapatero como portavoz, el presidente compensa la salida de ese puesto clave de su segundo, Rubalcaba. Más allá de ese reconocimiento expreso a Blanco por sus años de estrecha colaboración, el presidente quiere en ese puesto clave y en una situación política difícil a una persona con la que apenas necesita explicaciones para entenderse.

Probablemente no ha elevado a Blanco al grado de vicepresidente primero, como hizo con Rubalcaba, precisamente para realzar la figura del que el pasado sábado fue proclamado nuevo líder y referente del PSOE.

En este sentido, el reparto de las vicepresidencias es otra muestra de continuidad. Con la salida de Rubalcaba, Zapatero elimina una de las tres y corre las dos restantes. La vicepresidenta segunda y de Economía, Elena Salgado, ha pasado a primera, y la tercera, la de Política Territorial de Manuel Chaves, a segunda.

Con esta decisión, Salgado presidirá los Consejos de Ministros en ausencia de Zapatero y sale realzada como titular de Economía, en un momento en que está en juego la estabilidad financiera y el inicio de la recuperación. Salgado es, además, una persona muy próxima a Rubalcaba.

Con esa misma visión continuista, el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, amplía sus competencias y presidirá la Comisión de Subsecretarios, en la que antes ayudaba a Rubalcaba, y llevará el peso principal en las relaciones con las Cortes.

Esta remodelación abona aún más la idea del adelanto electoral al 27 de noviembre, ya afincada entre los socialistas cuando, el viernes, Rubalcaba anunció que dejaba el Gobierno para dedicarse por entero a su candidatura a la Presidencia y a preparar la campaña electoral. Ocho meses de campaña, de julio de 2011 a marzo de 2012, que marcan el límite final de la legislatura, son muchos meses.

Pero con resultar este dato importante hay otro que lo es aún más: la evolución de la economía española y, especialmente, la de su estabilidad financiera. Ayer, cuando a Zapatero se le preguntó, tras anunciar la remodelación del Gobierno, si iba a adelantar las elecciones o iba a agotar la legislatura, no ofreció una respuesta clara aunque aludió a que su intención era llegar a marzo. Pero Zapatero, por encima de todo, insinuó ayer que no va a tomar ninguna decisión a ese respecto hasta asegurar la estabilidad financiera de España, pendiente de las tensiones derivadas de los ataques al euro.

Lo demás es secundario, según fuentes de La Moncloa. Si el Gobierno logra ese objetivo, que no tiene fecha, Zapatero y Rubalcaba decidirán entonces sobre el momento electoral. Y ahí entrarán otros factores en juego ya barajados, como los posibles apoyos para aprobar los Presupuestos de 2012 y las encuestas.

El presidente José Luis Rodríguez Zapatero antes de anunciar ayer en La Moncloa la remodelación.
El presidente José Luis Rodríguez Zapatero antes de anunciar ayer en La Moncloa la remodelación.ULY MARTÍN

Los otros cambios de Gobierno

- Zapatero se encomienda a Rubalcaba (20.10.2010). El presidente nombra al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, vicepresidente primero y portavoz para explicar mejor las impopulares medidas contra la crisis económica. Con los tres cargos se convierte en el miembro que más poder ha acumulado en un Ejecutivo desde 1977. María Teresa Fernández de la Vega, la número dos del Gabinete desde que Zapatero es presidente, abandona el Gobierno. En un guiño a la izquierda entran Valeriano Gómez y Rosa Aguilar.

- Apuesta por Salgado ante la crisis (7.04.2009). Zapatero cambia a los titulares de 6 de los 17 ministerios para "vencer la crisis", recuperar el pulso político y superar su situación más delicada desde que llegó a La Moncloa. Elena Salgado sustituye a Pedro Solbes al frente de la cartera de Economía. Se incorporan al Gabinete dos pesos pesados del partido: Manuel Chaves, para buscar la paz con las comunidades como vicepresidente tercero, y José Blanco, a Fomento.

- Dimite Bermejo, ministro sin crédito (23.02.2009). El presidente Rodríguez Zapatero acepta la renuncia del titular del Ministerio de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, muy debilitado políticamente tras ser acusado de haber participado en varias cacerías sin tener la licencia correspondiente.

- La primera ministra de Defensa de España (11.04.2008). El jefe del Ejecutivo nombra, por primera vez en la historia de España, a una mujer, Carme Chacón, al frente del Ministerio de Defensa en el Gobierno que inaugura su segunda legislatura. La imagen de Chacón, embarazada y pasando revista a las tropas, da la vuelta al mundo. Jesús Caldera (que también fue miembro de la corriente Nueva Vía) deja su puesto de ministro de Trabajo y Asuntos Sociales a petición de Zapatero, que le encarga "tareas importantes en el campo de las ideas" en la fundación del partido.

- Cambios a ocho meses de las generales (6.07.2007). Cuando nadie lo esperaba, el presidente remodeló su Gobierno para enviar el mensaje de que retomaba la iniciativa y acabaría la legislatura. El escritor César Antonio Molina fue a Cultura y el investigador Bernat Soria, a Sanidad. Chacón estrenó su primera cartera ministerial: vivienda.

- López Aguilar abandona el Ejecutivo (7.02.2007). Juan Fernando López Aguilar, miembro de Nueva Vía, el grupo que aupó a Zapatero al liderazgo del PSOE, deja el Ministerio de Justicia para ser candidato a presidente de su Canarias natal. La cartera pasa a manos del fiscal Mariano Fernández Bermejo, castigado y depurado por el Gobierno de Aznar en 2003 por sus discrepancias con el PP. El nombramiento se produjo cuando las tensiones entre el Gobierno socialista y el Poder Judicial habían llegado incluso al Tribunal Constitucional.

- Un catalán sustituye a otro como ministro (9.09.2006). El ex alcalde de Barcelona Joan Clos es nombrado ministro de Industria en sustitución de José Montilla, designado candidato a la presidencia de Cataluña.

- Un Gobierno para terminar con ETA (7.04.2006). Alfredo Pérez Rubalcaba entra en el Gabinete para gestionar el alto el fuego de ETA y consolidar el proceso del fin de la violencia en Euskadi y releva a José Antonio Alonso. Este pasa a Defensa, cartera que deja José Bono, molesto con el Estatuto de Cataluña.

- Un Gobierno para inspirar confianza (18.04.2004). El presidente Zapatero improvisó poco. Tenía claro desde hacía tiempo que quería un Gobierno de amplia experiencia en la gestión, que inspirase confianza en la población por su profesionalidad, y de perfil político más bien bajo. Quería ser él quien encarnase el mensaje político. Formó así un Ejecutivo predominantemente de expertos en la gestión, más que de jóvenes renovadores. Fue el primer Ejecutivo paritario de la historia.

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