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Rugen las Harley-Davidson

Unas 18.000 motos de la marca de Milwaukee se exhiben en Barcelona y desfilan por la ciudad

Las jornadas Harley-Davidson de este año han reunido en Barcelona unas 18.000 máquinas del fabricante de Milwaukee (EE UU). Ayer, 12.000 desfilaron por las calles de la ciudad. Fue un desfile variopinto porque no hay dos motos iguales, ya que sus propietarios las personalizan, y por el pintoresquismo de algunos atuendos de los motoristas. La familia Harley-Davidson reivindica que la tenencia de la moto es algo más, se trata de una filosofía de vida.

La moto más antigua del desfile la conducía, orgulloso, el catalán Jordi Bernaus, quien ha explicado a Efe que la compró hace 18 años en un estado lamentable y que la ha ido restaurando hasta que ha llegado a ser la admiración de todos los otros propietarios de Harleys. Por eso le han cedido el honor de presidir el desfile y respetarle sus escasos 350 centímetros cúbicos, que la hacen "la moto más pequeña que jamás ha construido Harley y la única con un solo cilindro", según ha destacado su propietario. Esta fiesta es la mayor reunión de este tipo de motos que se celebra en Europa.

Aunque entre los participantes en el desfile había espectaculares choppers, Harleys de tres ruedas y modelos míticos de la Ruta 66, el mayor protagonismo se lo llevaron una Model A fabricada en 1926 y una Servicar de 1936 del Departamento de Policía de Los Ángeles. La marca vende en España entre 3.000 y 4.000 unidades al año, lo que representa una alta cuota de mercado en Europa. Los curiosos pudieron contemplar en Montjuïc una aglomeración inédita de modelos y participar en la fiesta organizada por la marca. Harley-Davidson fabrica motocicletas desde 1903. Su popularidad en Europa se remonta a después de la II Guerra Mundial, cuando los norteamericanos abandonaron muchas motocicletas militares de esta marca, que fueron reparadas y personalizadas por los europeos que las encontraron.

Caravana de motos Harley-Davidson en Barcelona.
Caravana de motos Harley-Davidson en Barcelona.ALEJANDRO GARCÍA (EFE)
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