_
_
_
_
_
Reportaje:Un verano en el agua

¡Al agua, gatos!

Quedarse en Madrid permite disfrutar durante el verano de piscinas muy diferentes

Al contrario que en el juego Hundir la flota, en Madrid es más fácil tocar barco que caer en agua. Pero con las coordenadas necesarias darse un chapuzón en la ciudad es posible. Las opciones se adaptan a casi todos los gustos y bolsillos. Desde hoteles que usan sus azoteas para recrear el estilo más cool e ibicenco por unos nada despreciables 40 euros hasta las piscinas municipales de siempre con la entrada a poco más de cuatro. Para deportistas, para niños, para los locos del sol o para fashion victims. El chancleteo se hace un hueco pese al riesgo de quedarse pegado en el asfalto. Los madrileños se quitan de encima en verano el sobrenombre de gatos y se lanzan al agua.

CASA DE CAMPO Ambiente 'gay-friendly'

Más información
Un verano no tan al sol
La Policía Municipal vigilará siete instalaciones
El escaso cloro y agua dulce pública

Nunca el slip estuvo tan de moda como este verano en la piscina de la Casa de Campo. Cuerpos depilados, torsos musculados y una gama de morenos para la que no existiría paleta. Del negro azabache al naranja artificial que desvela litros de autobronceador poco conseguido. Los cuerpos bien trabajados en el gimnasio desfilan de la toalla a la piscina rodeados de una espesa arboleda. Es la piscina con más ambiente gay de la ciudad. Su visita se recomienda en guías para homosexuales, lo que hace que el día del Orgullo no quepa un alfiler.

Aunque cada vez menos diferenciado, los usuarios se reparten las zonas sin palabras. Parece un acuerdo firmado hace años. La parte más grande alrededor de la piscina olímpica está llena de familias. La zona más alta y que rodea a la piscina de recreo se queda pequeña para los jóvenes, entre los que hay multitud de parejas homosexuales que aguantan casi hasta el cierre. La razón: el sol se pone más tarde en su zona.

FRANCOS RODRÍGUEZ La bibliopiscina

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

La pista de arena del vóley-playa, el césped, la piscina y la estantería de los libros. Los estudios que determinan que los españoles no leen no se han fijado en la piscina de Francos Rodríguez, en plena Ciudad Universitaria (Moncloa). Durante la semana aquí hasta los niños están callados. O los ponen a dibujar o a leer.

La prensa apenas descansa en la balda. Es la lectura favorita de los bañistas. Uno entrega un periódico y otro se lo lleva. Pilar del Campo Puerta vigila que nadie se lleve las revistas y custodia el fondo de más de 350 libros. Para coger un ejemplar basta con dejar el DNI, un carné de biblioteca o hasta la ficha del vestuario si no se tiene nada más a mano. Todo sea por la lectura.

PISCINA DE LA COMPLUTENSE Prohibidos los niños

La piscina de la universidad se pone elitista y solo para mayores de 18. O carné de estudiante de grado superior o título universitario entre los dientes. Abstenerse los que abandonaron los estudios, los que prefirieron trabajar a los libros y, por supuesto, los niños. Para la mayoría de los usuarios ahí está su punto fuerte, aunque muchos se quedan con el desfile de cuerpos jóvenes y guapos que pasan el verano en la capital. En agosto los apuntes llenan el césped para preparar al sol los exámenes de septiembre.

POLIDEPORTIVO VICENTE DEL BOSQUE Oasis nudista

Si un nudista llega por primera vez a la piscina del Barrio del Pilar la imaginación puede jugarle una mala pasada. Los carteles sobre el césped anuncian: "Playa nudista". ¿Arena, un lago? Nada de eso. Un pequeño espacio de césped reservado de miradas indiscretas es toda la oferta. Los nudistas están obligados a ponerse el bañador para darse un chapuzón, ya que la piscina es común a todo el recinto del Barrio del Pilar. Nudista sí, pero a medias, playa no. Menos da una piedra, piensa la mayoría. Los naturistas, que bucean en la web buscando lugares reservados para ellos, suelen llenar el reservado.

PUERTA DE HIERRO Golf y baño

Madrid tiene el mayor número de licencias de golf de España. Uno de cada 65 madrileños está federado. Por eso los que buscan jugar unos hoyos y acabar la jornada con un baño, tienen su sitio en la piscina de Puerta de Hierro, un clásico de los veranos Madrid.

En los años 60, cuando se le llamaba la "sindical" o "la playa de Madrid", el recinto hizo las delicias de miles de madrileños, que los fines de semana llenaban los merenderos de tarteras y familias numerosas. Hoy sus inmensas instalaciones y amplia oferta deportiva siguen atrayendo a multitud de gente, pero por lo general es una instalación tranquila. Su situación, en el kilómetro 7 de la autovía de A Coruña, hace que lo más fácil sea llegar en coche, así que no suele haber enormes grupos de adolescentes escandalosos.

OSCAR ROOM-MATE HOTELS Una playa en Chueca

Chicas en biquini tendidas al sol, chicos sin camisa que presumen de sus horas de gimnasio, mojitos, sandalias, música lounge, camas blancas... ¿Ibiza? La vista del Palacio de Correos devuelve de golpe a la ciudad. Pero aquí, en la piscina del Oscar Room-mate Hotel y rodeado de la gente más cool, el verano de asfalto parece otro. Está en pleno corazón de Chueca, frente a la plaza de Vázquez Mella, y esto tiene sus ventajas: si se visita por el día, su terraza ofrece unas vistas impresionantes. Si se visita por la noche, está cerca de la zona de bares. Una buena opción para la primera copa. (Hay entrada libre después de las 19.00). La piscina da la impresión de haber sido diseñada por un especialista en yoga, pues parece pensada para espíritus contemplativos. Es ideal para refrescarse y tomar el sol. Absténganse de venir aquí los que tienen la intención de imitar las proezas de Michael Phelps, ya que el área para nadar es de 25 metros cuadrados. Los 40 euros que hay que dejarse por un baño incluyen el servicio de taquillas, el vestuario y la toalla de baño. Ideal para quienes tengan alergia a los niños, ya que no se permite el acceso a los menores de 12 años. La piscina está abierta hasta las 18.30.

ROOF GARDEN HOTEL EMPERADOR Para urbanitas

La calle, el tráfico y esas aceras que arden como estufas se quedan abajo; pisos arriba la postal es distinta. Al salir del ascensor, en el piso 10, una alfombra verde recibe al visitante y lo conduce por un pequeño restaurante, una zona de hamacas blancas con turistas tostándose al sol, música chillout y el centro de atracción principal: la piscina, un oasis... y en las alturas de la Gran Vía. Una de sus ventajas es que aquí hay espacio de sobra: la piscina mide 10 por 15 metros y una profundidad de tres metros para saltar sin miedo. Otra ventaja, el horario, hasta entrada la noche. El sitio ha sido durante años escenario preferido de fotógrafos de moda por su vista privilegiada: por un lado la Gran Vía; por otro, el Palacio Real. Cuenta con baños, vestidores, taquillas, servicios de toalla y un bar restaurante en donde se puede pedir cócteles (11 euros) y comer una hamburguesa, (10,50 euros). Sitio tranquilo, ideal para los que busquen reposo y olvidarse un momento del trabajo. De hecho, los jueves por la noche hay la opción de disfrutar la terraza hasta entrada la noche y con música de Dj. Aunque el nombre del sitio hace referencia a un jardín, la vegetación natural es casi inexistente.

REAL CANOE NATACIÓN CLUB Sirenas y tritones

Un letrero a la entrada exhibe los nombres de los atletas que han salido de sus piscinas rumbo a los Juegos Olímpicos. No es casualidad. En el Real Canoe Natación Club lo que se ve son tritones y sirenas en pleno entrenamiento -o al menos eso parece-. Desde niños hasta adultos disfrutan en sus siete piscinas, una olímpica. Tiene un área de jardines, ideal para tomar el sol. El ambiente que se respira tiende a ser más familiar. Aunque es un club, personas que no son socios pueden entrar, previo pago. El ambiente es relajado y muy familiar, en especial en fin de semana, por lo que no parece ser un sitio para montar una fiesta en la piscina. Las familias pueden tomar nota de que es época de campus de verano para niños de 5 a 13 años.

La parte más grande de la piscina olímpica está llena de familias. La zona más alta y que rodea a la piscina de recreo se queda pequeña para los jóvenes. Lo mejor de estas instalaciones es el buen rollo general y la arboleda. Precio: 4,35 euros.
La parte más grande de la piscina olímpica está llena de familias. La zona más alta y que rodea a la piscina de recreo se queda pequeña para los jóvenes. Lo mejor de estas instalaciones es el buen rollo general y la arboleda. Precio: 4,35 euros.GORKA LEJARCEGI

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_