De Barcelona a Ripoll, por autovía de cuatro carriles
El consejero de Territorio, Lluís Recoder, inauguró ayer el último tramo del desdoblamiento de la C-17. Son 7,4 kilómetros entre Sora (Osona) y Ripoll (Ripollès) en los que han hecho falta cinco túneles y dos viaductos. Además, suponen mucho más: la culminación de una gran reforma que empezó hace 30 años y que une Barcelona con Ripoll por una autovía de cuatro carriles, desdoblada de punta a punta.
El eje Barcelona-Vic-Ripoll funciona como una de las columnas vertebrales de Cataluña, pero ha tardado más de tres décadas en convertirse por completo en autovía. La orografía de la zona ha supuesto siempre un reto. "Han sido muchos años de obras e inconvenientes", recordó ayer Recoder.
El eje C-17 (antigua N-152) comenzó a desdoblarse en los años ochenta. En 1997 la autovía llegó hasta Les Masies de Voltregà (Osona), punto desde el cual en 2006 parte el nuevo tramo de obras, entre Vic y Ripoll, que salió a información pública en 2004. Los trabajos comenzaron bajo el mandato del anterior responsable de Obras Públicas, el socialista Joaquim Nadal, que ayer acudió al acto de inauguración de los kilómetros finales.
Cataluña terminará de pagar el desdoblamiento entre Vic y Ripoll en 2039. Según destacó Recoder durante la presentación de los presupuestos de su departamento, los cuatro tramos, que se iniciaron en 2006 y se han ido inaugurando entre 2009 y 2011 tenían una inversión inicial de 280 millones de euros. Al emplearse el método de financiación diferida, sin embargo, según cálculos de sus técnicos, tendrá un coste de 979 millones de euros, es decir, con los intereses su precio se acercará al 250% del precio inicial. De momento, solo el 2% ha sido abonado.
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