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Fianza de 10 millones para un empresario acusado de 'narco'

Mestre, exdirector de Tercat, facilitó la entrada de 202 kilos de cocaína

El empresario José Mestre Fernández tendrá que rascarse algo más que el bolsillo si quiere abandonar la cárcel. La Audiencia Nacional le ha impuesto una fianza de 10 millones de euros para eludir la prisión, donde se encuentra ingresado desde hace un año por tráfico de drogas. Mestre, importante empresario naviero y exdirector general de Tercat, la terminal de carga del puerto de Barcelona, aprovechó su posición para facilitar a una banda de narcotraficantes la entrada de 202 kilos de cocaína en un contenedor.

En el auto judicial, la Audiencia considera que el riesgo de fuga de Mestre ha disminuido por sus circunstancias de "arraigo personal". Y justifica la imposición de una fianza tan elevada por "la gran fortuna del imputado", que cuando la abone y sea excarcelado deberá comparecer una vez por semana en el juzgado más próximo a su domicilio.

La "gran fortuna personal" del acusado explica la elevada fianza

La operación policial en la que Mestre y otras 14 personas fueron detenidas se desarrolló en junio del año pasado y permitió la incautación de alrededor de 1.000 kilos de cocaína enviados por la organización a los puertos de Barcelona (202 kilos) y Algeciras (723) y a una nave industrial de El Prat de Llobregat, donde se localizaron 113 kilos más.

Poco antes de ser detenido, Mestre recibió el premio al "mejor empresario nacional" del sector de logística, un galardón que le fue entregado por el entonces presidente de la Generalitat, José Montilla. De empresario del año pasó, sin transición, a sospechoso de narcotráfico. Según la fiscalía, que se ha opuesto a modificar su situación de prisión provisional, Mestre "es la persona que se iba a cuidar de la infraestructura en Barcelona para la llegada y recogida del contenedor donde se encontraba la sustancia estupefaciente". La policía le considera el "máximo responsable de la operación de tráfico de cocaína".

Antes de ser cazada por la policía, la organización envió a Barcelona dos contenedores de prueba para comprobar que la ruta era segura. Los traficantes contaron para ello con la asesoría de Mestre, quien les informó de que las empresas no estaban siendo investigadas y de que la ruta era adecuada. Después, la banda envió otros dos contenedores con 25 toneladas de chatarra cada uno. En uno de ellos, iban ocultos los 202 kilos de cocaína.

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