Almudena Grandes oficia el homenaje canario a Galdós

Como ella dice, "Galdós es como si fuera mío, de mi ser", de modo que allí estaba ayer a mediodía Almudena Grandes, a pleno sol, oficiando en el Retiro de Madrid el homenaje de los canarios de la diáspora a su escritor más importante, Benito Pérez Galdós.

Almudena descubrió a Galdós leyendo de adolescente en la casa de su abuelo, en la casa de Becerril de la Sierra, "y esa literatura penetró en mi vida para siempre", desde Tormento hasta toda su obra. Tanto, que ella misma escribe ahora sus propios episodios nacionales, referidos en su caso a la Guerra Civil española y sus secuelas. Por eso estaba allí, junto al monumento de Victorio Macho, en el Retiro, después de que el músico Benito Cabrera rindiera homenaje musical (con su "canario leído") al autor de Fortunata y Jacinta y que otros oradores marcaran la solemnidad con la que cada año la Casa de Canarias en Madrid conmemora la literatura de este canario.

Grandes recordó que otra escultura de Macho estuvo décadas afrontando el mar en la escollera grancanaria. El homenaje acabó con la entrega del premio Gánigo al pintor tinerfeño Pedro González, que recogió su hijo el político Pedro Zerolo.