_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Muertos, pero indignados

Los muertos están organizando una movida similar a la del XV-M para protestar contra el cardenal arzobispo de Madrid, monseñor Rouco-Varela. Muchos de ellos acabaron sus vidas de forma indigna y los demás les apoyan en sus protestas. No es normal (¿o sí?) que la Iglesia esté poniendo todo tipo de trabas a los proyectos gubernamentales de conseguir una muerte digna para todos los ciudadanos. Lo mires por donde lo mires, no se entiende ese empeño de los obispos por jorobarnos el momento de decir adiós a la existencia. Los animales, por ejemplo, tienen derecho a morir dignamente y no prolongar su vida inútilmente como vegetales vivientes, doloridos y sin ninguna esperanza.

La Iglesia da la impresión de que está puesta para amargarnos la vida y casi todo lo bueno que hay en ella. Hace años, cuando el sida estaba haciendo estragos en África, el Papa fue a Tanzania lanzando pestes contra el uso del preservativo. De juzgado de guardia, dicho sea con todos los respetos. ¿Es eso lo que el catecismo llama una buena muerte? ¿Cuál es el oficio del Cristo de la Buena Muerte? Con toda seguridad, Dios, que es la misma bondad, está cabreado con sus representantes en la Tierra.

Con los muertos no se juega. Y con los medio muertos, tampoco. Por eso no sería de extrañar que la explanada de la catedral aparezca un día abarrotada de acampados zombis o moribundos indignados y dolientes.

¿Qué intereses tiene la Iglesia en todo este importante asunto? ¿Qué intereses tiene en tantas cosas en las que nadie les ha dado ni voz ni voto ni vela en el entierro? Son misterios insondables que ellos mismos tendrían que aclarar cuando antes. No es extraño que la gente les haga menos caso cada día que pasa.

La muerte digna debería ser un capítulo obligatorio en la Ley de los Derechos Humanos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_