Quizás nunca se fueron
Ya están de vuelta. Quizás nunca se fueron. Las de joyas, mantilla y peineta en las procesiones. Los que se ponen el "de" en sus apellidos para distinguirse del populacho. Los negros tricornios otra vez ante el santísimo. La banda militar tocando el himno nacional ante la simbología católica. La anuencia complacida y servil de la autoridad civil ante la parafernalia católica. El revoloteo regocijado de obispos y sacerdotes que siempre quieren más, en esta "su" España. Colegios e institutos públicos abiertos de par en par para los "voluntarios" católicos y sus "guías" espirituales. Subvenciones y desgravaciones públicas para la financiación de su interesado autobombo. Visados gratis para sus "peregrinos". La España rancia, pese a su olor a sacristía e incienso. España, aparta de mí este cáliz.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.