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Mas dice que el PSC rechazó su mano tendida para aprobar los Presupuestos de este año

CiU podrá aprobar los Presupuestos de 2011 con la abstención del PP, pero el presidente de la Generalitat, Artur Mas, dijo ayer sentirse muy "dolido" con su antecesor, José Montilla, porque rechazó su mano tendida cuando le pidió apoyo para sacar adelante las cuentas. En su intervención ante el consejo nacional de CDC, Mas reveló que se reunió con Montilla, con el presidente de ERC, Joan Puigcercós, y con la líder del PP de Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, para pedirles un gesto de "responsabilidad" y de "estima hacia el país". El gesto pasaba por abstenerse en el debate y permitir la tramitación de los Presupuestos, porque si no, Cataluña "caerá por el precipicio".

Según explicó Mas, obtuvo inmediatamente un no rotundo y sin matices de Montilla. Se trata de una respuesta "más dolorosa" si cabe, al tratarse de un expresidente de la Generalitat, lo que le permitió a Mas dar lecciones de lealtad institucional, con gesto enojado. A su entender Montilla debería haber "servido al país" apoyando al Gobierno de CiU.

Seguramente para rebajar entre su electorado el efecto del idilio político que viven CiU y PP tras las elecciones municipales, Mas acusó a los socialistas de hacer "trampa" al intentar presentar a ambas formaciones como "pareja estable", cuando primero se pensó en el PSC, pero "dos no se pueden entender si uno no quiere", dijo. En idéntico sentido se expresó Josep Antoni Duran Lleida, quien culpó a los socialistas de dar un rol "preponderante" al PP en Cataluña por no pactar los Presupuestos. El líder democristiano dijo del PSC: "a medida que pierde el poder sustituye su sentido de la responsabilidad institucional que tenía como partido de gobierno por la demagogia y el populismo". Duran Lleida aventuró que esa estrategia continuaría y que el PSC intentará desgastar a CiU acusándoles de pactos y alianzas con el PP, una realidad indiscutible ya en las cuatro diputaciones catalanas, en Ayuntamientos como Badalona y dentro de unos días en Barcelona.

Mas también prometió combatir "con todas sus fuerzas" movimientos "muy minoritarios" como el de los indignados que atacaron a los diputados, aunque precisó: "si de estos movimientos salen valores que valen la pena escuchar y asumir, lo haremos". Con todo, dijo que el 22 de mayo "triunfaron valores fuertes y sólidos", como los del "esfuerzo, el sacrificio y el espíritu de superación". En su opinión, "cuando se hacen determinados análisis, a veces se tienen más en cuenta movimientos muy minoritarios, que se expresan con mucha vehemencia, que no otros que se expresan de manera más discreta o anónima pero mucho más significativos".

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