Soroche en Machu Picchu
El actor argentino Ricardo Darín, que ayer estrenó Un cuento chino, visitó Machu Picchu cuando se cumple el centenario de su descubrimiento (este año, el próximo 24 de julio). Viajó con su mujer y sus dos hijos y, aunque quedó fascinado por "la cultura inca y la onda del lugar", el mal de altura le jugó una mala pasada.
¿Subió temprano al Machu Picchu?
Quedamos al amanecer con el guía Luis, descendiente de los incas, que nos acompañó.
¿Por dónde comenzó?
Lo primero que nos propuso fue escalar el Apu Machu Picchu para ver todo el complejo. No me imaginaba capaz de hacer tal cosa.
¿Se mareó?
Eso no fue un mareo, fue un ataque. A mitad de camino me empezó a faltar el oxígeno y me empezó a doler muchísimo la pierna. No sabía qué hacer, así que me puse de fatal humor. Discutí con el guía y le dije que me bajaba.
¿Lo hizo?
El joven, muy tranquilo, me dijo: "Espera a llegar arriba, tu corazón te lo agradecerá".
¿Le convenció?
Llevaba una bolsa con hojas de coca para el soroche, me tomé un par, empecé a mascar y, mágicamente, a los 10 minutos me recuperé.
¿Mereció la pena?
Por supuesto. Además, iba con mi mujer y mis hijos, por lo que fue como una epopeya familiar. No viajo a menudo con ellos, así que poder recorrer juntos un lugar tan especial, con el que yo soñaba desde chiquito, significó disfrutar el doble del viaje.
¿Salió con ellos de marcha?
De bares no, pero sí que salimos a cenar. Comprobamos que la cocina peruana es inigualable.
¿Qué fue lo que más le gustó?
Difícil respuesta, porque es una gastronomía muy elevada. Probamos todos los ceviches que se te ocurran y decenas de variedades de maíz. Y descubrí las causas.
¿Qué es una causa?
Es un pastel, receta de los incas, con papa amarilla, ají, limón, huevo, queso, aguacate, aceitunas y mayonesa. Luego le añaden atún o pollo. ¡Un manjar!
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