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La austeridad como bandera

La reducción del déficit acapara el protagonismo de las jornadas del Círculo de Economía - Sitges plasma el cambio de color político institucional

Lluís Pellicer

La austeridad como única salida a la crisis. Esa ha sido la máxima que ha guiado este año la reunión del Círculo de Economía, celebrada en Sitges, que debía abordar las bases para una nueva economía. Y lo hizo, pero la reducción del déficit se coló en prácticamente todas las mesas de debate. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, abrió las jornadas justificando los recortes y señalando los países que no los abordaron a tiempo, léase Grecia y Portugal. Y ayer, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, cerró el foro insistiendo en que el Gobierno atará corto a las comunidades para que cumplan el objetivo acordado del 1,3%.

Solo una voz clamó contra las políticas de austeridad. El Premio Nobel de Economía 2001, Joseph Stiglitz, recordó que esas medidas solo podían llevar a una salida muy débil de la crisis que "no permitirá enderezar el problema del desempleo". No halló demasiadas complicidades. Durante las jornadas los responsables del Gobierno central y el gobernador del Banco de España dieron varios tirones a Cataluña, de los que ayer el consejero Andreu Mas-Colell se defendió con el argumento de que el Ejecutivo catalán ya está reduciendo más de lo que en principio debía.

"Los jóvenes nos transmiten su inquietud", afirma Josep Piqué

La austeridad, sin embargo, también significa hablar de malestar social. Lo recordó el presidente del Círculo de Economía, Josep Piqué, que ayer hizo un guiño a los miles de jóvenes que en las últimas semanas han acampado en las principales plazas de España y que el jueves acudieron a las puertas del hotel de Sitges donde se celebraron las jornadas. Piqué trasladó a los asistentes el clima de "pesimismo" que se respira y recordó: "Los jóvenes, de forma difusa e inconcreta, transmiten su inquietud".

Y si la austeridad estaba en el debate, lo estaba Grecia. Y, aparejada a ese país, la crisis de la construcción europea, con todos sus matices. El exvicecanciller alemán Joschka Fischer abogó por seguir adelante con un proceso que deberá suponer la pérdida de poder de Berlín, Londres o París. El catedrático de la Universidad de París Daniel Cohen le respondió con el ejemplo catalán. "Estamos en Cataluña, donde hay un cierto nacionalismo. Los países no quieren renunciar a su identidad", le espetó.

Pero en Sitges también se escenificó el cambio de color político del mapa catalán y español, empezando por la ausencia del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que no delegó en ninguno de sus vicepresidentes, sino en Miguel Sebastián. Pero ese vuelco en las instituciones también se vio reflejado en el apoyo que recibió Mas del Círculo para ejecutar sus políticas de austeridad, la voz nula de los socialistas catalanes en las mesas de las jornadas o la alfombra que tendieron los empresarios al líder del PP, Mariano Rajoy, a quien inquirieron por su programa y equipo económicos. Piqué le comentó, de hecho, que la mayoría de los asistentes que le hacían llegar sus preguntas para Rajoy daban por descontado que en 2012 volverá a Sitges como presidente.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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